En una acción sin precedentes en la historia moderna, el consistorio barcelonés ha liberado esta semana a la elefanta Susi en el Parque Natural de Collserola.
Las alusiones a un posible deterioro en la salud mental del paquidermo había suscitado una agria polémica entre los responsables del zoológico de Barcelona y algunas entidades ecologistas.
Días atrás, uno de los cuidadores declaró que "este animal tiene alrededor de 37 años, vive en soledad y se aburre de modo soberano. Está fofo, tiene la mirada perdida, camina de un modo errático y se come sus propias heces, pero es lo habitual en estos casos. Tengo un primo soltero al que le pasa exactamente lo mismo y no es motivo de alarma en la familia".
A raíz de la intensificación de las protestas de los grupos animalistas y una mayor presencia de la noticia en los medios de comunicación, los socios del gobierno municipal han estado debatiendo el modo de mejorar la calidad de vida de la elefanta, llegando a una solución insólita que ha sido llevada a cabo con el mayor de los sigilos.
"Habíamos considerado la opción de trasladarla a Sigean, un zoológico tipo safari emplazado en el sur de Francia, donde iba a estar más a sus anchas" indica Jordi Portabella, portavoz de ERC, "pero hemos considerado que someter a Susi a un largo viaje por carretera seria un acto cruel y penoso para un animal que no está pasando por su mejor momento".
La introducción del proboscidio en el Parque Natural de Collserola, en los aledaños de la Ciudad Condal, se ha realizado en secreto para evitar la atención de la prensa y las protestas vecinales.
El alcalde Jordi Hereu ha dicho en rueda de prensa que "desgraciadamente, la gente que primero se lamenta por el cautiverio de un bicho en el zoo luego se queja sobremanera si lo ven merodeando a menos de cincuenta metros de sus cubos de la basura. Vivimos en una sociedad muy insolidaria".
"Nuestros técnicos municipales" proseguía Hereu, "han calculado que Susi debía ser liberada en la vertiente noroeste de la montaña, donde viven algunos rústicos pobladores acostumbrados a la presencia de alimañas salvajes tales como perros sin dueño, liebres, ardillas y jabalíes".
A la pregunta de qué sucederá si el elefante provoca daños materiales en las propiedades de los particulares que habitan en la zona, Ricard Gomà, segundo teniente de alcalde de Acción Social y Ciudadanía en el Ayuntamiento de Barcelona ha manifestado que "a lo sumo el animal puede pisotear algunos huertos, pero dado que la mayoría de los vecinos suelen carecer de los pertinentes permisos municipales, no esperamos recibir demasiadas denuncias".
Gomà ha acabado diciendo que "ya hemos previsto que ésta problemática sea de carácter transitorio, puesto que el terreno donde se ha soltado a Susi presenta un fuerte desnivel; calculamos que en menos de una semana el animal habrá descendido hasta el término municipal de Sant Cugat del Vallés. A partir de ahí, que el marrón se lo coma otro".