Empleado del mes: el vendedor de grapadoras

Se podría hacer el chiste fácil de que Christian Labrador Caba zanjas pero no, ahí donde lo véis es dependiente de una tienda que como mínimo vende grapadoras (según se aprecia en la estantería que tiene detrás). Será por eso mismo que las obras no le molan mucho.

Este es el artículo publicado este martes en el '20 Minutos' en uno de esos espacios en los que se le pregunta a la gente qué le parecen las cosas.

Traduzco para aquellos que no controlen dialectos raros:

CON ESTA CRISIS NO ES EL MOMENTO DE HACER TANTAS OBRAS.

Las obras que des de 2009 se están haciendo en el barrio de Sant Antoni para la remodelación de su mercado municipal afectan de forma especial a los comerciantes. "El hecho de que el mercado provisional esté situado en medio de la Ronda Sant Antoni dificulta el acceso de los clientes a la zona, cosa que perjudica al comercio", asegura Labrador. También opina que muchas de las obras que se están llevando a cabo en Barcelona no son necesarias. "Creo que es más importante gastar el dinero en sanidad y educación", comenta. Además, también considera que las administraciones no realizan otras intervenciones también necesarias. "Acostumbro a viajar en moto y en muchas calles debo ir con cuidado con los baches en el asfalto", concluye el joven. Asimismo, también se queja de que la puesta en marcha de tantas obras al mismo tiempo provoca muchos atascos en la ciudad.

Voy a ser medio prudente y voy a querer pensar que el periodista necesitaba que alguien despotricara de las obras que se hacen en Barcelona y ha encontrado a este chico de mirada inteligente para hacer la entrevista. Voy a pensar también que las respuestas han sido inducidas por el pérfido entrevistador.

Sea como fuere, el razonamiento Christian el de las grapadoras es el siguiente:

- En tiempos de crisis hacer obras es un locurón. Es verdad, se debería despedir a los pocos trabajadores de la construcción que quedan, escoria de la tierra y lacra del país.

- El mercado provisional es una chapuza. También tiene razón. Lo más sensato es derribar cerrar el mercado viejo, tenerlo cerrado por obras durante cinco o seis años y luego ya si eso avisar a los comerciantes para que vuelvan a abrir sus tiendas.

- La gente no puede acceder cómodamente al mercado provisional. Está visto que los vecinos del barrio eran más de desplazarse en limusina hasta la puerta de los establecimientos y ya no puede ser. En el caso concreto de Christian, la gente iba más a ver escaparates y cuando pasaban por delante de su tienda decían "coño! qué grapadora más guapa, entro y me la compro!". Ahora solo vienen exclusivamente los que buscan grapadoras.

- La reparación de los baches son prioritarios para que él pueda ir a todo gas con la moto sin la preocupación de salir despedido por los aires.

- Barcelona es un pueblo tan pequeño en el que abres tres zanjas y se colapsa la circulación.

Pero bueno, esto lo digo desde la más absoluta cobardía y amparado en el anonimato del blog porque Christian tiene aspecto de darte una somanta de palos solo porque se piense que lo has mirado mal.