jueves, 8 de agosto de 2013

Humor de perros

Para ser poco transitada, la calle donde viven mis padres da mucho juego por lo que a cartelitos se refiere. Desde el día que vi el anuncio de "ideal iglesia evangélica", presto más atención a la literatura urbana que me rodea. Tendré que visitarlos más a menudo.

El cartel de hoy me gusta porque es de los que destila ironía de la buena y está más o menos bien redactado (mayúsculas mediante).


Esto me ha hecho recordar una inteligente y vengativa/amenazante campaña del ayuntamiento de Brunete dirigido a los mierdas que no recogen las deposiciones de sus mascotas.



El que esté libre de mascotas, que tire la primera mierda.

miércoles, 7 de agosto de 2013

El misterioso caso del candado de cuadros

El otro día en el gimnasio me sucedió una cosa bastante curiosa.

Llegué, me puse el bañador para bajar a la piscina, puse mi ropa de calle en la mochila y guardé la mochila en la taquilla. Las taquillas no están asignadas sino que hay que utilizar cualquiera que esté disponible por lo que es conveniente recordar el número que figura en ella o bien tener un candado molón que te ayude a localizar donde están las cosas. Este es mi candado molón:


Mola porque nadie más lo tiene y no necesita una llave que luego tengas que llevar colgando vete tú a saber de dónde si lo que vas a hacer es nadar unos cuantos largos. Lo que me me sucedió el otro día es que el candado me dio problemas a la hora de cerrarlo; no sé qué le pasaba pero me costó horrores hacer que la barra curvada encajara dentro del agujero y permaneciera en esa posición. Tras unos cuantos movimientos especiales (movimientos especiales= forcejeo) logré mi objetivo.

Equipado con mi bañador, mi gorro de natación, mis gafas submarinas, una toalla y un par de chancletas fui a hacer mis cosas en el agua y cuando terminé mis recorridos acuáticos regresé al vestuario de los machotes.

Voy hacia la taquilla, pongo los números del candado de acuerdo a su combinación y... nada. No se abre.

Compruebo que los números están bien puestos. Lo están. Hago un par de movimientos especiales. Nada, que no se abre.

Tras varios infructuosos intentos hago análisis de la situación. Un maldito candado se interpone entre mi y toda mi ropa, la cartera, las llaves de casa y el teléfono móvil. Por lo tanto no puedo irme a casa sin más, solo llevando un bañador y unas chanclas (y unas gafas piscineras y un gorrito de baño). Bueno, podría fingir que soy un hombre bala de un circo ambulante y simular desorientación debido a un fallo durante los ensayos de la función, aunque preferiría evitar esa situación en la medida de lo posible.

Otra opción es bajar a recepción y pedir que revienten el candado con una cizalla. Claro que debería justificar de algún modo que el contenido de la taquilla es mío y no de otra persona.

Espera un momento...

Voy al pasillo contiguo, miro en la hilera de taquillas y veo otro candado igualito al mío. Vamos, que tiene que ser el mío! En efecto, la combinación abre a la primera, me visto como alma que lleva el diablo y me largo del gimnasio.

La casualidad de la vida había querido que en un pasillo adyacente al mío, en una taquilla en la misma posición que la que yo había utilizado hubiera un candado molón de cuadraditos blancos y negros.

Aprovechando que ya sé hacer dibujos en 3D con el Google SketchUp aquí va un gráfico de la escena del crimen, donde el círculo rojo marca la taquilla que estaba manipulando sin resultados positivos y en la que el círculo verde indica donde se hallaban en realidad mis pertenencias.


Afortunadamente mientras estaba peleándome con un candado que no era el mío no apareció el legítimo propietario de la taquilla a la que intentaba acceder y a la que por suerte no se me ocurrió pedir a recepción que la echaran abajo.

Esa sí que hubiera sido una buena historia para explicar!

lunes, 5 de agosto de 2013

She's got a ticket to cry

El mes pasado, como la inmensa mayoría de los autónomos, cumplía mis obligaciones tributarias con esta gran nación. Si el negocio fuera medianamente bien, mi declaración trimestral del IRPF sería a ingresar a las arcas del estado, pero como la cosa va como va, me salió a devolver.

Hacienda, que somos casi todos, no es completamente tonta y ante casos tan lamentables como el mío aplica la siguiente directriz: "si sale a tu favor nos lo dices y ya si acaso el próximo trimestre ya te lo descontamos de lo que nos debas".

Como el importe a mi favor es de poco más de tres eurípides, tampoco es para rasgarse las vestiduras. Lo que toca un poquito las pelotas es el modo de tramitar esta situación.

Cuando el importe es a pagar, no hay problema: pasas por el banco y haces el ingreso. En este caso no, hay que sudar la camiseta un poco más. Hay que ir a la delegación de Hacienda que uno tiene asignada por distrito y presentar allí la declaración negativa.

Bien, hay que perder una mañana para ir a una oficina que, por mucho que sea la que me toca por proximidad, cerca, precisamente cerca tampoco está. Exactamente está a 3 kilómetros. Antes estaba a 'escasos' dos mil metros pero los recortes han hecho que la plantilla se traslade a esa otra oficina y que mis zapatos se desgasten un 50% más de lo que deberían.

Que si voy andando? Sí, porque no dispongo de vehículo propio, la combinación de transporte público hasta la Administración da pena (realmente tardo lo mismo yendo a pie que en metro/bus) y la verdad es que coger un taxi para ir a Hacienda a declarar que te tienen que devolver 3 euros no es económicamente coherente.

Pero este no es el motivo de que escriba este post.

Hablemos de los tickets.

Una vez cruzado el mar angosto y superadas la llanuras de los dothrakis uno cruza las puertas de esta franquicia de la guarida del mal, pasa por un arco detector de metales y se planta ante una versión maléfica de un expendedor de números de turno.

A lo mejor soy yo que soy muy tiquismiquis, pero cabe suponer que la máquina AYUDA al usuario a elegir la gestión que debe hacer para que imprima el número de turno correspondiente a la mesa que lleva a cabo esa tarea.

Pero ese sería el camino fácil y ya he dicho antes que estamos en una sucursal de la guarida del mal. Que es lo que sucede entonces? pues que la máquina lo que hace es CONFUNDIR al contribuyente en cuestión. Siembra la duda y el desconcierto de manera que acabe pensando que es un completo inútil que no sabe ni sacar el ticket que corresponde.

Pongamos dos casos prácticos y reales:

Solicitar etiquetas autoadhesivas de estas con códigos de barras que se pegan en los formularios. Pues es obvio que la opción a seleccionar es CENSOS. Razonemos la respuesta. Los censos se componen de muchos nombres que figuran en listas, y una persona debe de ser muy lista para saber que la etiqueta debe estar siempre lista para que la peguen. La correlación es clara: Etiqueta>Lista>Censo.


Este silogismo es de primero de funcionariado pero pasemos a jugar en las grandes ligas del embrollo y el ocultismo. La razón para la que he venido aquí es que me sellen la declaración trimestral del IRPF conforme Hacienda me debe algo de calderilla pero que se me descontará de la liquidación del próximo periodo.

Fácil. La respuesta es INFORMÁTICA. Esta opción a su vez está escondida en un menú que se llama: OTRAS OPERACIONES, si no recuerdo mal.


Desarrollemos la respuesta. Y que los más listillos no vengan diciendo que no se puede, porque sí se puede. Si ha habido un grupo de señores importantes que ha decidido que esto va así, es por algo.

Seamos francos, venir hasta aquí para que te sellen este papel solo por tres euros y pico es de ser un poco tocapelotas. Pudiendo eliminar algun ticket de gasto de estos que son 'de difícil justificación', la cosa quedaría a favor de Hacienda, vas al banco a pagar y aquí paz y después gloria. Pero no, eres el típico tío roñas, un costroso de la vida que no tiene nada mejor que hacer que gastar suela en una magnífica y calurosa mañana del mes de julio. Es decir, eres el típico perfil que, en una empresa cualquiera, llamaría al informático porque se te ha bloqueado la SIM del móvil, la máquina del café no devuelve bien el cambio o hay un problema con la temperatura del aire acondicionado.

Por eso, en homenaje a todos los informáticos del mundo, los casos raros que se presentan en Hacienda van a parar a esta opción.

Y no le deis más vueltas que la cosa es así. No soportaría que hubiera una explicación más lógica...

viernes, 2 de agosto de 2013

"Mequivocado" - Apologies remix by DJ Rajoy featuring Juan Carlos I

Una de las conclusiones que saqué tras la comparecencia de ayer del presidente Mariano Rajoy es que da igual lo mal que lo hagas, lo incompetente que seas o las tropelías que cometas.

Si la mayoría parlamentaria o el derecho de cuna te protegen de ser reprendido (ya no castigado) por tus actos, solo hay que pronunciar la fórmula mágica del "mequivocado". Inmediatamente es como si todo tu historial delictivo desapareciera y te presentara ante el populacho como un inocente corderito con ojos de degollado.



Claro que a veces cuela y a veces no.

jueves, 1 de agosto de 2013

Lo más mejor de estas fiestas

Bueno, lo más mejor de este año no, sino de las fiestas de Camporrobles de allá por los años 90, momento en que me dio por retratar el costumbrismo étnico-festivo de mi pueblo. Creo recordar que se publicó en una especie de revista local pero no guardo ejemplar alguno.

Lo que sí tengo, como si de los papeles de Bárcenas se trataran, los manuscritos originales. Aquí van:

Ahora, un par de décadas más tarde, el espíritu festero sigue ahí aunque muchas cosas molonas se hayan perdido como las peleas nocturnas de borrachos contra vaquillas, las minimalistas fiestas de la espuma o el engalanamiento de calles.

Los protagonistas de las fiestas de antaño también han cambiado sus roles. Los que antes lo daban todo en la pista de baile hoy son usuarios expertos de los castillos hinchables y el chu-chu tren. Quienes subían incondicionalmente a la zurra ahora no pueden concebir el verano sin las sesiones de bingo en el bar de la piscina.

Quizás todo esto merezca una nueva tira de viñetas puretillas' edition. No?