viernes, 29 de enero de 2010

De repente un extraño

 

Sucedió hace tiempo. Todo ocurrió muy rápido, de madrugada. Tres borrachos y un tenderete de embutidos sin vigilancia. Manos torpes se deslizaron furtivamente por debajo de la lona que cubría el puesto.

A la mañana siguiente, un chorizo colgaba acusadoramente de un gancho de la cocina.

Unos días más tarde, supe que había llegado el momento adecuado. Cogí un cuchillo y lo mutilé. Estaba en su punto, serviría para un buen guiso.

Pasaron las semanas pero el chorizo no menguaba. Más al contrario: como si de una estalactita se tratara, gotas oscuras supuraban de su punta cercenada. En el mármol, con el tiempo, se fue formando un pequeño e incriminatorio charco rojo.

Aún pasando la bayeta, la delatadora mancha correosa reaparecía una y otra vez. Había que dar fin a tal locura. Pero entonces, repentinamente, el goteo por fin cesó.

Largas semanas de cautiverio habían endurecido el cuerpo del delito. Traté de sacar unos taquitos para el aperitivo, pero no había filo que pudiera traspasar su piel.

Ni tan sólo los famosos cuchillos coreanos que se anuncian de madrugada en los programas de teletienda eran capaces de hacer un rasguño en el chorizo. Aquellos que alardeaban de cortar tornillos, tuvieron que reconocer, humillados, que se habían encontrado con la horma de su zapato.

Hoy él todavía está allí, colgado, impertérrito. Esperando no se sabe qué.

Quizás aguardando a que yo pierda la cordura.

Por si acaso, ahora siempre duermo con un cuchillo jamonero debajo de la almohada.

[Dedicado con todo mi afecto a mi señora, a quien le esperan muchas noches de insomnio]

jueves, 28 de enero de 2010

Hell's Kitchen: Revuelto de ajos tiernos con champiñones



El concepto de revuelto (o revoltillo, que suena menos vomitivo) es el último reducto de aquellos que no saben freír un huevo porque siempre se les rompe la yema, así como de los que tampoco saben hacer una tortilla porque se les despanzurra cuando tratan de darle la vuelta.

El revuelto es un soporte que admite un sinfín de ingredientes sin que importe demasiado que el volumen total de los alimentos invitados supere al de la masa tortillera. Es más, en un revuelto, lo que triunfa es que la gente sepa de qué es sin necesidad de practicar la autopsia a la amalgama. ¿O no da gozo ver cómo sobresalen, preciosas ellas, las colas de gamba?


Mmmm... gambas...
Concentrémonos en lo que toca, que hoy no había gambas en el congelador.

Ingredientes:
- Un manojo de ajos tiernos.
- Varios champiñones crudos laminados (donde 'varios' es un número no entero que puede ir desde un cacho de champiñón hasta mogollón de hongos).
- 4 huevos de gallina campera o de producción ecológica. Si se puede. Si no, los de una gallina que apenas cabe en una jaula también hacen un buen avío.
-Aceite y sal.

Preparación:
En una sartén de diámetro generoso, se tira un chorrillo de aceite y, cuando esté caliente, se tiran los ingredientes en un calculado orden de mayor a menor resistencia al chamuscamiento. Por lo tanto, los primeros en ir a parar a la paella serán nuestros amigos del bosque, los:


(1) Champiñones



Tras desastrosas experiencias en el pasado, se recomienda encarecidamente no utilizar champiñones naturales enteros. Porque hay que pelarlos. Y es un coñazo. No basta con limpiarlos debajo del grifo, como un tomate, no. Hay que rascar toda esa capa de mantillo que han acumulado desde su infancia en el monte hasta su envasado en una champifactoría de Villanueva de la Jara. Para no perjudicar la delicada piel de la seta, deben emplearse los dedos, por lo que la mugre automáticamente se transfiere al espacio que hay bajo nuestras uñas, dispuesto a tal efecto. En resumen: si no queremos ver cómo nuestras manos parecen haber rascado el culo a un minero asturiano, empleemos champiñones laminados.

A continuación arrojaremos los:

(2) Ajos tiernos



Nunca he deseado tanto que se experimente la transgénesis como en este caso. Cuando llega el momento de cortar este pariente cool del ajo, es obvio que se le deben extirpar las raíces, ir haciendo cortes transversales y seguir hasta... ¿dónde? "Cuando llegues a lo verde, paras", dice una vocecilla desde el confort del sofá. Sí claro, pero es que el tallo en sí es una paleta con un degradado de color que va del blanco 9010 al verde hoja. Aquí es donde entraría la ingeniería genética: deberían modificar los ajos tiernos de manera que les saliera una línea de puntos que indicara "cortar por aquí".

Pero no, de momento hay que arriesgarse a pasarse de corto o pasarse de largo. Por lo tanto, un Hell's Chef debe perpetrar sus guisos en la más absoluta clandestinidad. El plato de hoy, es un perfecto encubridor de este tipo de imperfecciones.

Pues eso, cortar en rodajitas y a la sartén. Cuando los ajos empiecen a ponerse doraditos y los champiñones renegridos, tirar los:

(3) Huevos



¿Qué decir de los huevos mas que deben cascarse, tirarles una pizca de sal y batirlos en un plato? Pues que un estudio estadístico del centro de estudios Indianos apunta que en cada caja de docena siempre hay un huevo cascado y un huevo cagado. El huevo roto será el primero en ser utilizado, preferentemente acompañado de por lo menos un par mas para disipar su potencial insalubridad. Del huevo cagado, solamente poner especial atención en que no se desprenda un fragmento de la parte mancillada en el plato sobre el que se va a batir. Pero vamos, que tampoco pasaría nada.

Otra de las características del revuelto es que tanto puede calcinarse como quedar poco hecho. O ambas cosas a la vez, como ha sucedido en el caso de hoy. Ante esta última circunstancia, se aplica el método de la escoba y el levantamiento de alfombra: se oculta la parte churruscada en la parte interna de la amalgama. Total, un revuelto no tiene forma definida y permite la aplicación de estas triquiñuelas. Si un Hell's Chef es lo suficientemente hábil, podría haber caído una colilla en la paella durante la cocción y nadie notaría la diferencia.

¡Buen provecho!

miércoles, 27 de enero de 2010

Comida para Perros. Introducción + sublimación de queso sobre panceta a las ricas hierbas

En mi fuero interno me debato si incluir esta nueva sección dentro de la saga Hell's Kitchen, o dejar que tome vida propia.

El conocimiento y el saber de Hell's Kitchen va dirigido a todos los incautos que pretendan hacer cocina de verdad, aunque les salga como un churro. Por el contrario, Comida para Perros solamente es una guía básica de referencia para aquel que no sabe cocinar ni tiene ganas.

Contando con que un alto porcentaje de la población de nuestro país siente la misma aversión por la cocina que un Ni-Ni por hacerse la cama
, el público potencial es enorme.



Sin más dilación, lancemos la primera receta:

Sublimación de queso sobre panceta a las ricas hierbas

Ingredientes:
dos lonchas de panceta + dos tranchetes + pimienta + orégano

Tiempo de preparación:

60 segundos

Tiempo de cocción:

60 segundos

Tiempo de enfriamiento:

60 segundos

Preparados, listos, ya.

Colocar las dos lonchas sobre un plato; un plato en el cual quepan las dos lonchas completamente estiradas. La colocación, puede ser en paralelo, perpendicular o formando ángulo, se deja a la elección del autor, siempre y cuando no se superpongan las dos piezas.


Tirar pimienta molida por encima, preferentemente por encima de la panceta.


Partir los tranchetes en dos de manera que queden dos rectángulos casi iguales. Lo de que queden exactamente iguales, ni se plantea. Además, el corte irregular es parecido al de la propia panceta. Es más, cumpliendo una proporción áurea, las dos mitades de tranchetes suman la longitud del bacon. Esto confirma que los dos ingredientes están hechos el uno para el otro.


Espolvorear unas briznas de orégano, perejil, tomillo, hinojo, perifollo, hierbabuena o la chusta de un porro con tal de darle un toque final al conjunto.


Meter en el microondas a máxima potencia durante un minuto. Si no eres tú el que va a limpiar el interior del aparato (lo más seguro), puedes meterle caña medio minuto más. Sin miedo, aunque oigas explosiones y chisporroteos, todo está en orden.


Dejar enfriar y comer con las manos.


Bonus: sólo se mancha un plato. El microondas, como hemos insinuado antes, no cuenta.

martes, 26 de enero de 2010

El baile del pañuelo

Si hace tan sólo una semana me hubierais preguntado cómo me siento, os hubiera dicho "estoy hecho un chaval", a lo Paco Martínez Soria.

Pero fue llegar el fin de semana y pillar un virus estomacal suave pero molesto. Suave pero molesto significa que no tienes vómitos ni te vas defecando por los rincones, pero que tienes que pasar a la dieta de Fortasec, arroz hervido, pollo a la plancha y gotero de Aquarius.

Yo que soy un viajero curtido y con el estómago a prueba de bombas, sólo me puse en serio con el medicamento y la bebida con solución salina. Además, el viernes por la noche había quedado para cenar en un japonés que tenía ganas de probar.

Algún espabilado dirá que me pasé de listo y que me estuve muriéndo por el esfínter el resto del fin de semana. Pues no. Como mucho algún susto tonto con algún pedo líquido y ya está. La cuestión no es esa.

Ayer lunes, me levanté un pelín congestionado, así que agarré un pañuelo de tela de ese ingente ajuar que he logrado atesorar a lo largo de mi vida. E hice bien, pues me pasé la mitad del día estornudando y sonándome los mocos. Al constar el pañuelo de tela de un tamaño y capacidad de absorción limitados, el resto del día lo dediqué al hurto de papel higiénico por los cuartos de baño.

Por un agujero de la maldita nariz no paraba de fluir incansable un río de moco líquido, otorgándome idéntico aspecto al de los trolls que salían en David el Gnomo. Mi orificio nasal tenía más perdidas que Concha Velasco en la Oktoberfest.

A continuación aparecen los sabios consejos de los inoportunos de siempre:

-¿Ya te estás tomando algo? [joder, que me acaba de aflorar un constipado, ¿que queréis?¿que me vaya a urgencias?]

-lo mejor es que te tomes el zumo de media lima y medio limón. [ecs, ¿y quedarme como el Fary? paso]

-¿sabes lo que va bien? medio pimiento rojo crudo troceadito con un chorro de salsa Lea Perrins. [¡eeeeecs! ¿que me queréis, verme vomitar también?]

-eso es por estos cambios de temperaturas, que está el tiempo loco. [exacto, ahora mismo llamo a Obama y le pido que detenga el cambio climático]

 En definitiva, que después de una tarde inacabable acompañado de mi nariz de plañidera, llego a casa y activo el plan de emergencia. Lo primero es tirar el sufrido pañuelo al cesto de la ropa sucia y aprovisionarme de unos cuantos más. Uno metido en la cintura del pantalón del pijama, otro encima de la mesa del comedor, otro debajo de la almohada para cuando me vaya a dormir. Y es que los pañuelos de tela son como los marines, están en todas partes, en sus bases, esperando a ser llamados para entrar en acción. Luego puede que acaben arrugados y resecos en las profundidades de un sofá o en el bolsillo de un batín que ya no volveremos a utilizar hasta el invierno que viene. Se calcula que dos de cada diez pañuelos son declarados desaparecidos en combate.

Antes de acostarme, chute de Rhinospray, trago de Flumil y pildorazo de Vincigrip. A ver quién puede a quién.

Pues ha podido el catarro. No me ha dejado dormir más que tres horas seguidas, es como tener un bebé. Cuando no tenía tos, se me abrían las compuertas de la nariz chorreante o me levantava a mear de tanto líquido que estaba tomando.

Al final esta mañana he mandado un SMS a mi jefe y he decidido que lo mejor era sudarla bien en la cama. Sin ningún tipo de diagnóstico fiable, preveo que mañana iré de nuevo a trabajar, me encuentre como me encuentre. Esto se debe a la presión recibida por parte del Gobierno:

1) El ministro de Trabajo, encarnado en mi jefe, ha llamado a mediodía a ver cómo estaba y me ha explicado que siempre que no estoy pasa algo, que se le ha venido un montón de trabajo encima, que si mañana hay una reunión pero que si tú te encuentras mal la desconvoco...

2) La Ministra de Sanidad y Economía, representada por mi señora, ha considerado que en el último viaje al súper no compraba Aquarius sino una sin marca que pone "Bebida para deportistas", que es más barata y seguro que hace lo mismo. Pues nada, llegó el recorte presupuestario para cuidados paliativos.

3) El ministerio de Educación y Cultura, manifestado a través de la tele se ha encargado de administrarme una sobredosis (sin receta ni nada) de despelleje mediante el visionado de programas como "Objetivo mediación", "Sálvame", "Tal cual lo contamos" o "El diario". Así, a pelo, y yo sin ser capaz de tirarme del sofá ni de arrancarme los ojos.

Definitivamente, mañana iré a trabajar.

lunes, 25 de enero de 2010

Pinzamientos profundos


Hoy dos pinzas de madera montan guardia bajo la tormenta, como dos lúgubres notas musicales en una triste partitura.

Cuando el temporal haya amainado será el momento en que los tambores de las lavadoras redoblen de alegría, abriendo las puertas a un enjambre multicolor dispuesto a posarse en las cuerdas de los tendederos. Los patios de luces, se convertirán en patios de butacas en los que todos y cada uno de los espectadores buscarán un lugar privilegiado para recibir los cálidos rayos del intérprete solista.

Y en este punto es donde yo, un humilde acomodador, hago mi aparición.

Con el propósito de disponer a los asistentes de un modo equilibrado, emparejo las pinzas tratando que sean del mismo color. El día que me siento inspirado, incluso intento que éstas sean similares al color de la prenda que van a acompañar. De ese modo, las pinzas de plástico se funden con las camisetas de colores alegres, mientras que las clásicas de madera se unen a los más formales calcetines negros.

Educadamente, dejamos pasar primero a los más mayores: viejos tejanos, camisas apolilladas, jerseys de toda la vida. A continuación se colocan las camisetas más desenfadadas y reivindicativas y finalmente, llenando los huecos libres, parejitas de calcetines, calzoncillos solteros y pañuelos desconsolados.

El aforo está completo. El espectáculo de un nuevo día está a punto de empezar y la audiencia embelesada cierra los ojos para recibir los primeros rayos del astro. Y, gracias a una mágica alquimia, sus espíritus y sus temperaturas se elevan hasta perder la conciencia, despertando extenuados en un cesto de mimbre o en el fondo de un cajón.

Y algunos de vosotros os preguntaréis qué sentido tiene todo esto para mí, y la verdad es que no sé qué responderos. A menudo creo que a veces se me va la pinza.

domingo, 24 de enero de 2010

La velocidad y el tocino (m/s & tcn)


Este fin de semana salía otra de éstas noticias absurdas que tanto llaman la atención; o por lo menos a mi, claro.

Caroline Cartwright, una británica de 48 años, fue condenada a ocho semanas de prisión por conducta antisocial por el reiterado incumplimiento de una advertencia por exceso de ruido. Y el ruido no era otro que los gemidos que la susodicha profería al mantener sus relaciones conyugales en la intimidad del hogar.

Al principio los vecinos estaban aterrorizados al pensar que estaban asesinando a alguien (de hecho la estaban matando de gusto) o que tenía lugar algo sobrenatural (la actividad sexual a esas edades, aunque algunos lo crean, no puede considerarse un fenómeno extraño). Finalmente se desentrañó el misterio y, tras constatar que las manifestaciones de placer de la mujer alcanzaban los 47 decibelios, se presentó la correspondiente denuncia.

Después de dos años el caso ha llegado a juicio y a la juez Beatrice Bolton le ha bastado con escuchar una corta grabación de los ruidos que profería la mujer para entender la perturbación que se había adueñado del vecindario. En palabras de la propia juez: "además está muy claro que no hace usted ningún esfuerzo por callarse".

La acusada se defiende en que no lo hace a propósito y que trató de minimizar la situación tratando de tener sexo por la mañana en lugar de por la madrugada como tenía por costumbre. En cualquier caso, la sentencia se hará efectiva si en el periodo de un año los Cartwright vuelven a las andadas.

Lo que llevará a la Sra. Cartwright a prisión (además de su pasión desenfrenada) será la capacidad humana de medir todo lo mensurable. Si no se pudiera registrar y medir, no se podrían establecer limitaciones. Sin estos límites, todo lo perceptible no dejaría de ser una visión subjetiva del suceso.

Por lo tanto, el principal enemigo de la señora Cartwright se encuentra encerrado en una caja fuerte de París.

¿Cómo es eso posible? Veamos.

Los barritos de la mujer se han medido en decibelios para poder demostrar la molestia y la  envidia de sus vecinos de escalera. El cálculo de un decibelio se expresa mediante la fórmula:


En la que W es la potencia a estudiar en vatios (o watts). Eso implica conocer que un vatio es igual a:


la potencia que da lugar a una producción de energía igual a un julio por segundo. Y claro, tendremos que saber que un julio es:



el trabajo producido por la fuerza de un newton, cuyo punto de aplicación se desplaza un metro en la dirección de la fuerza. ¿Newton? ¿El de las manzanas? Correcto. En este caso da nombre a una unidad de fuerza, expresada:



El newton es la fuerza necesaria para proporcionar una aceleración de un metro por segundo a un objeto cuya masa es de un kilogramo.

Por fin empiezan a aparecer conceptos manejables para el urbanita medio ¿verdad? Pero si hurgamos en el sentido estricto de estas unidades, comprobaremos con angustia que hasta los conceptos más básicos escapan a nuestra capacidad de entendimiento.

Veamos sino que un segundo es la duración de 9.192.631.770 periodos de la radiación correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de cesio. Aquí un servidor no ha visto un átomo de cesio en la vida, así que de momento aparcaremos el concepto tiempo y otorgaremos un cierto grado de confianza a mi reloj de pulsera retro con calculadora y mando infrarrojos.

El metro. Todo el mundo se piensa que domina el concepto metro: medimos las casas en metros cuadrados, nos desplazamos por kilómetros de carreteras, consumimos gas y agua a metros cúbicos, viajamos en metro... Pero ¿qué cara se nos queda cuando nos definen el metro como el espacio que recorre la luz en el vacío durante un tiempo de 1/299.792.458 segundos? Porque eso nos lleva de nuevo a comprender lo que es un segundo, y de ahí no habíamos salido muy bien parados.

Nos queda el quilo. En los alegres días de la Revolución Francesa se determinó que un kilogramo equivalía a la masa de un litro de agua destilada pura a una atmósfera de presión y a una temperatura de 3,98 ºC. Más referencias a otras unidades. Que no cunda el pánico. Algúna mente preclara decidió dejarse de jaleos innecesarios y se decidió fabricar un bloque compuesto por una aleación de platino e iridio (al 90% y 10%), cuyo peso equivalía más o menos al ideal del litro de agua.

Lo pusieron a buen recaudo en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas y dijeron que el que quisiera calibrar su balanza que fuera allá y lo hiciera. El problema de disponer de una referencia material como ésta es que en el último siglo el patrón de París ha perdido, por razones aún desconocidas, cerca de 50 microgramos. Por lo tanto en el futuro emplearemos una unidad que se conocerá como Kgg. o "kilogramo gastao".

En definitiva, este artículo que no ha hecho más que irse por las ramas, sólo ha venido a dar respuesta a ese interrogante filosófico que dice: ¿qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Pues como se ha podido comprobar, si se tira del ovillo, tiene que ver y mucho.

Y si no que se lo pregunten a los vecinos de la Cartwright: la intensidad de los chillidos que emite la muy cochina es inversamente proporcional a la celeridad con que se resuelve la cuestión en los juzgados.

jueves, 21 de enero de 2010

Hell's Kitchen: croquetas


Hoy desvelaremos el arte de tirar unas cuantas croquetas en una sartén con aceite.

Dado que una bolsa puede contener una docena de las susodichas croquetas, combinaremos dos técnicas milenarias para ofrecer un festival de sensaciones a nuestro paladar.

Es muy importante realizar la siguiente operación para garantizar el mejor de los resultados: sacar la bolsa del congelador, extraer la mitad de su contenido y guardar la bolsa de nuevo en el frigorífico. Dejar que las unidades de la primera tanda se descongelen unos minutos a temperatura ambiente, tras lo cual procederemos a preparar la:
 

Tempura de croquetas

Encender uno de los fogones y, sin dar tiempo a que se caliente ni nada, tirar las croquetas de inmediato en abundante aceite. Eso permitirá que las croquetas absorban una cantidad de líquido superior a la habitual, dándole a la masa ese toque mediterráneo tan saludable. Al minuto, las retiraremos de la sartén, conservando todas las vitaminas y propiedades del alimento.
 

A continuación, subiremos el fuego a tope y, cuando la humareda sea de un tamaño considerable, abriremos las ventanas, encenderemos el extractor a máximum power y arrojaremos las croquetas restantes directamente del congelador para elaborar el:
 

Sorbete crujiente de croquetas 

Es importante no dejarse dominar por el pánico, pues va a tener lugar una reacción violenta en la sartén, debido a que el aceite hirviendo y el hielo de las croquetas explosionará, chisporroteando en todas las direcciones. Puesto que los daños personales difícilmente pasarán de quemaduras de primer grado (a no ser que haya mala suerte y nos salpique en un ojo), trataremos de conservar la calma y mantendremos las croquetas bajo control hasta que la corteza exterior adquiera una tonalidad… tonalidad no, color negro.
 

Habremos conseguido unas amorfas cápsulas de carbón, cuya virtud reside en que bajo una quebradiza corteza con sabor a nada, emergerá una pasta dura y fría con sabor a algo que iremos chupando poco a poco.
 

Con cuidado de no resbalar por el suelo, pues éste habrá quedado irremediablemente cubierto de microscópicas partículas de aceite de girasol, alternaremos los dos tipos de croquetas en un plato grande sin lechuga y sin nada, y nos dirigiremos a la mesa para disfrutar de una bien merecida cena.
 

El experto en nutrición sugiere acompañar el plato con una Cocacola bien fría.
 

¡Buen provecho!

miércoles, 20 de enero de 2010

Hell's kitchen: Vichyssoise a la Kale Borroka



Ingredientes para la pasta base:

Puerros, patatas, cebolla, leche, nata líquida, mantequilla y caldo vegetal; todo ello en diferentes cantidades y estados de caducidad. Sal y pimienta.
 
Artefactos colaterales:
Olla de cacerolada, una batidora, un palo (en forma de cuchara) y acero toledano. 

Acciones preliminares:
Lance al suelo el molinillo de la pimienta. Esparcir los cristales por el suelo de la cocina, procurando mezclar bien los fragmentos con los granos de pimienta. Barrer. 

Preparación:
Esgrima un cuchillo y ataque las piezas de verdura hasta reducirlas a trozos. En un vano intento por la supervivencia, la cebolla y los puerros se defenderán soltando gases lacrimógenos, por lo que es conveniente cubrirse la cara con un pañuelo palestino. 

Acorrale el bloque de mantequilla hasta que se venga abajo. Esparza los restos por las paredes y tire la cebolla bien picada en la cacerola. Deje cocer un rato hasta que huela a quemado. Raspe el fondo del recipiente y arroje los puerros. Cuando vuelva a oler a humo, regrese a la cocina y agregue las patatas al incendio. 

En cuanto el humo se vuelva muy espeso, incorpore el caldo vegetal al magma burbujeante y huya del lugar de los hechos. Cuando todo esté más calmado, regrese, apague el fuego y vierta la leche dentro y fuera del recipiente, a partes iguales. Eche una pizca sal y aderece con la pimienta que haya logrado recuperar con la escoba. 

Enchufe la batidora a la red eléctrica doméstica y agite a la masa. Procure no verse salpicado por las consecuencias del alboroto y finalmente añada la nata líquida para suavizar los hechos. 

Dejar enfriar el asunto. 

Servir a la opinión pública adornando la realidad con unas hojitas de perejil. En cualquier caso nunca asuma la autoría. 

¡Rico, rico, y con fundamentalismo!

domingo, 17 de enero de 2010

Izquierda Unida's Most Wanted



Amigos y amigas, desde aquí solicito formalmente que el 2010 sea declarado Año Internacional del Despropósito y la Chirigota.

En una nueva vuelta de tuerca, los amigos americanos han vuelto a armarla. Esta semana se difundieron unas imágenes de cómo sería hoy el rostro de Osama "America's Most Wanted" bin Laden. El director adjunto de la Sección de Ciencia y Tecnología (STB) del FBI, Louis E. Grever, asumía con orgullo su papel en el desarrollo de la imagen, para convertirla en un "poderoso ejemplo de cómo los avances de la ciencia se pueden utilizar para ayudar a encontrar y llevar ante la Justicia a las personas buscadas".

Asimismo continuaba en su declaración diciendo que "el FBI tiene y seguirá utilizando las técnicas más punteras en análisis forense y biométrico para nuestros casos más difíciles".

Bueno, a estas alturas de vida, entre la recesión económica y lo pardillos que son los americanos, ya nos imaginábamos que en los sótanos del FBI no debía abundar la tecnología del futuro ni los genios informáticos de Silicon Valley. Pero de ahí a que tiren de Google y Photoshop para hacer un refrito con la cara del pobre Gaspar Llamazares, hay un trecho.

Tratando de salir del paso, el portavoz del FBI, Ken Hoffman, explicó que sus expertos forenses tienen una amplia variedad de rasgos genéricos del rostro que pueden elegir del programa que usan para crear estas imágenes simuladas, pero que por alguna razón un técnico en particular no estaba satisfecho con el pelo que ofrecía el programa y por iniciativa propia decidió acudir a las imágenes de Google. Lo que no explica es qué criterio de búsqueda aplicó el artista digital para que le apareciera el careto de un comunista riojano; quizás tecleó:"enemigo del capital+islamista". Y el motor de búsqueda de Google, raudo y veloz, encontró a un comunista (hoy en día quedan pocos, francamente) sucesor directo de Julio Anguita "El Califa de Córdoba", cuyo parecido con Fidel Castro (sponsor oficial del Mundial del Terror) es del 99%. La magia binaria hizo el resto.


La conexión cubano-ibérica hizo saltar las alarmas en el edificio J. Edgar Hoover

Pero claro. Luego se destapa que han empleado nuevamente los rasgos del ex-coordinador de Izquierda Unida para recrear el jeto de Atiyah Abd al-Rahman, capo de Al Qaeda en Irán.



Esto significa indudablemente que Llamazares se habría labrado una gran carrera en el mundillo del terrorismo internacional. Ya me imagino yo que al echar el currículum en Al Qaeda lo seleccionarían sólo al ver la foto, sin pedir referencias ni nada.

Ahora, un pobre trabajador de la oficina federal se acaba de quedar sin curro. Y todo por querer dar lo mejor de sí mismo en un entorno de trabajo precario que no proporciona los mejores soportes informáticos. El hombre se vio obligado a tirar de Google, Facebook y Fotolog para reconstruir la cara de los villanos más buscados por los líderes del mundo libre.

¿Que cómo se yo que se ha quedado sin trabajo? Es evidente. Cuando en las declaraciones de sus jefes indican que actuó "por iniciativa propia", eso significa que lo han dejado más tirado que una colilla. Yo, ante eso, no puedo más que aprovechar la situación y ofrecer al FBI mis habilidades recombinando píxeles de los terroristas más buscados y asociarlos con los rostros españoles notables.

Como por ejemplo:


Ayman Al Zawahiri de mayor sería como Santiago Carrillo. Nótese esa mirada vidriosa, esa cara de pocos amigos y el poco pelo en la cabeza.

O si no:



Ramadan Abdullah Mohammad Shallah es clavado a José María Fidalgo. El primero, fundador de la Yihad Islamista Palestina, sólo necesita ponerse unas gafas para confundirse con el líder de Comisiones Obreras.

Aquí uno puede pensar que sólo los líderes de izquierdas y sindicales tienen cara de sembrar el pánico en embajadas estadounidenses y aeropuertos, pero no. Ved sino:



Abdelkarim Hussein Mohamed Al-Nasser en una versión joven de Emilio Botín. El presidente del Santander enfatiza su maléfica apariencia con esa pose tan a lo Montgomery Burns que parece que esté diciendo "excelente...".

Y es que en este país, todavía se nos notan en la cara los casi ochocientos años de dominio musulmán.

Nos pese lo que nos pese.

jueves, 14 de enero de 2010

Saturday, Bloody Saturday


Hay ocasiones en las que un papelito y el imán de nevera que lo sujeta parece que estén hechos el uno para el otro...

Hell's Kitchen: cataplines de Yeti

Versión 2.0 de una receta ya experimentada aunque no documentada. El que ya haya sido realizada con anterioridad no implica necesariamente que se trate de una versión mejorada. Aunque la experiencia siempre es un grado, en Hell's Kitchen los imponderables siempre aparecen para amargarnos la faena.

Ingredientes (iniciales):
130 gramos de requesón
80 gramos de queso cremoso tipo Filadelfia
Hierbas aromáticas
Una pizca de sal
5 lonchas de jamón serrano
6 nueces
1 cucharadita de cebollino picado
Palillos

Ingredientes (finales):
2 medallones grandes de queso de cabra
1/3 de tarrina de queso para untar a las finas hierbas
5 lonchas de jamón serrano
12 almendras
Palitos de brocheta
Alicates

El cebollino ha caído fulminado en la fase preparatoria al tratarse de un elemento exótico totalmente prescindible.

Se pone el gratinador del horno a máxima potencia y se introduce un plato grande con las lonchas de jamón serrano.

Entretanto, introducir en un bol el queso de cabra y poner a calentar en el microondas a mínima potencia un minuto más o menos, hasta que se reblandezca. Previamente se puede haber optado por retirar la corteza del queso. Si no estamos para tirar las cosas, se deja. Si la corteza nos da manía, la quitaremos. En el caso práctico de hoy se ha tenido que retirar la corteza de uno de los dos medallones debido a su tacto vaporoso y aterciopelado... vamos que estaba mohoso.

Mezclar el contenido del bol con el queso a las finas hierbas (hábil combinación del queso Filadelfia y de las hierbas aromáticas de la receta original) y empezar a hacer bolitas pequeñas.

Por experiencia previa, no sirve utilizar el utensilio para hacer bolas de helado, así que tocará pringarnos las manos. En función de la talla de manopla que calce cada uno, el tamaño de las esferificaciones lácteas comprenderá un variado espectro que irá desde las pelotitas de ping-pong a las bolas de petanca. Lamerse los diez dedos igual que hacen los gatitos y guardar el resultado de nuestras manualidades en un recipiente plástico y esconder en el congelador (1 hora aprox.)

A estas alturas debería empezar a percibirse un cierto olor a chamuscado procedente del horno. Aguantar unos minutos más y retirar sólo cuando esté más apergaminado que el cadáver de Lenin.


Abrir el tupper de las nueces. Algún simpático ratoncillo de la casa ha acabado con las existencias y no lo ha apuntado en la pizarra de la nevera. Eso sí: ha dejado dos minúsculas muestras para que no se diga que no queda.

Buscar ingrediente suplente. Hay avellanas. Podría funcionar. Con la Nocilla lo hizo. Huelen un poco raro pero no creo que los frutos secos se pongan malos. Me echo un puñado a la boca. Las escupo a la basura. Están más rancias que la sangre de San Pantaleón.

Buscar ingrediente suplente de segundo grado. Localizado bote con almendras tostadas. Realizar una selección de las que ya vengan peladas y realizar una equivalencia de 1N=2A, donde la N es nuez y A, almendras.

Triturar las almendras y el jamón reseco en la picadora hasta obtener arenilla rebozadora. Sacar las pelotillas del congelador y hacerlas rodar por la mezcla de la picadora hasta recubrir la superficie de la globosfera. En una demostración de que la cocina no es una ciencia exacta, una de las ocho pelotas se ha quedado sin reboce de gorrino. Ésta se convierte automáticamente en bolita kosher.

Los palitos de brocheta en los que queremos presentar el fruto de nuestro trabajo resultan ser desproporcionadamente largos. Alicates en mano, aplicaremos un corte por la mitad (palmo arriba, palmo abajo) y ensartaremos las bolillas en ellas.

Reservar en la nevera hasta la hora de la jamancia.


miércoles, 13 de enero de 2010

Atenienses y troyanos


Hay un día que se repite implacablemente año tras año, como el Día de la Marmota, y es cuando se caduca el antivirus.

Suerte que el ordenador es un rato cansino para estas cosas porque te lo viene recordando cada santo día desde que se ha quedado sin protección. Y suerte de eso, porque al ser una tarea tan espaciada en el tiempo, a uno se le pasaría tan tranquilamente. Y si no que se lo digan al pobre colchón de muelles, al que supuestamente hay que darle la vuelta como a una tortilla cada no-se-sabe cuánto tiempo (en lo que se refiere a este aspecto, los expertos del CERN no acaban de ponerse de acuerdo). Sólo hay que imaginarse que de repente el colchón empezara a gritar a las cuatro de la madrugada solicitando que lo volteen: ¡el susto de tu vida!

Total: que te podrás olvidar del cumpleaños de tu mujer, de ir a la revisión del dentista, de cambiar el aceite al coche, pero de lo que seguro no te libras es de los recordatorios de tu antivirus agónico.

Y es que, a diferencia de la parienta, con sus mensajes subliminales, sutilidades e indirectas completamente indetectables para el cerebro humano (por ejemplo: “¿ya sabes qué día es mañana?”, o:“¡uy! que viene una ola de frío y yo sin un buen abrigo”) el antivirus va al grano, pide lo que quiere, para cuándo lo quiere y, para que no quepa duda de que lo quiere, amenaza con consecuencias: “su suscripción caduca el día tal; hasta que renueve, su equipo no estará protegido frente a las miles de amenazas de seguridad que surgen cada día”. Está tan claro como cuando a Giacomo Maledetto se le apareció Salvatore Lo Piccolo en la puerta de su taller de conservas y le ofreció protección. Giacomo lo mandó a freír asparagi y dos semanas más tarde su establecimiento fue pasto de las llamas. A continuación recibiría un carta con una cerilla en su interior y una nota que rezaba: “Il lavoro è fatto”.

Perdón por la digresión.

Estábamos en que a uno no le queda más remedio que ir a agenciarse una nueva versión de antivirus, pero ¿cuál?: el Viruscan Plus, el Internet Security, el Total Protection, el Antivirus for Dummies… ¡qué se yo! Esto es como ir a la farmacia y elegir entre multitud de condones de texturas y sabores, pero al revés: ¡es para que no te jodan!

Si tú sólo quieres un producto a lo bactericida, que acabe con virus y gusanos de esos, o mejor: que se cepille los temibles troyanos. Aunque bueno, que yo me cuestiono por qué se llama troyano a un virus invasor. ¿Porque se te cuela en el ordenador metido bajo la apariencia de algo inofensivo? Error. Entonces debería llamarse ateniense, o griego (porque acaba dando por culo, francamente), pues es de justicia admitir que a quien se la metieron doblada es a los troyanos de marras y no al revés.

En fin, que te llevas el pack de oferta “Complete Security Service Protection Plus 2010 Home Platinum Edition for Pornsurfers” en el estante de oportunidades del FNAC y te vas a casa para instalarlo.

La instalación. ¡Ah, qué gran momento! Bueno, lo de momento es un decir. Normalmente el antivirus, que es desconfiado por naturaleza, dice: “un momento que primero hay que ver cómo está el patio por aquí" y te hace una inspección que ni al Palau de la Música. Cuatro horas de repaso se tira el campeón, más que aquél compañero tuyo, el repetidor de octavo. Que si tú querías bajarte unas peliculillas del Megaupload, mejor que no. Y si intentas pegar cuatro tiros en el Call of Duty, te aparece un mensaje del nuevo diciendo que cierres “todas las aplicaciones para que la operación pueda proseguir”.

Así como a la hora de merendar, termina de pasar la lupa por todos las carpetas, subcarpetas y archivos del sistema e inicia la instalación en sí. Antes, que te has pasado todo el rato pendiente de que todo fuera bien, le das al botón de iniciar la instalación y te largas al ver que la barra de progreso marca 1% con un tiempo restante estimado de 35 minutos. Bajas la basura, vacías el lavaplatos, tiendes la ropa y a la media hora regresas para comprobar que la instalación se ha detenido en el 2% porque ha salido una ventana preguntando si deseas registrar on-line el producto. La madre que lo parió. No, lo haré más tarde. ¿Está completamente seguro? Sí y tira palante, leches.

Otra media hora más tarde, el antivirus ha tomado el control absoluto de lo que antes era tu PC. Ha creado accesos directos al escritorio. Ha instalado utilidades complementarias en el menú Inicio y solicita reiniciar el sistema.

Es como si se hubiera hecho con las llaves de casa, traído a unos coleguitas y te dice que sale un rato pero que no volverá tarde.

Pero como cualquier hijo adolescente, tarda en volver. Claro, el ordenador no está para muchas juergas flamencas y le pasa como a mí cuando salgo de fiesta un jueves: le cuesta más arrancar y ejecutar las instrucciones.

Y ahí está el antivirus recién instalado, como Obama, un nuevo guardián contra un Mal que nunca sabremos si proviene de dentro, de fuera, o si es real o imaginario.

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martes, 12 de enero de 2010

Hell's Kitchen - Ingredientes


Esta sección no nace con ningún espíritu didáctico, filosófico ni de orientación personal. Simplemente tratará de plasmar la cutre realidad del que, aún no teniendo mano para la cocina, destila más voluntad que acierto en cuanto se pone delante de un fogón.

Para ello, se describirán elementos tales como el entorno hostil en el que se desarrollará la actividad culinaria, los utensilios a esgrimir o sencillas recetas que devienen en una trampa letal para el ser humano.

El fin último será, a grandes rasgos, echarse unas risas.

Procederemos pues a enumerar los cuatro grupos básicos en los que se encuadran los componentes de una receta vulgar y corriente:

El ingrediente exótico. Este componente no se caracteriza necesariamente por el grado de lejanía de su lugar de procedencia, pues la proliferación de badulaques y colmados latinos hacen que el cardamomo, el tamal, el curry vindaloo, los duraznos, el choclo, los porotos o el chile chipotle sean relativamente fáciles de adquirir. Lo que a uno le hace sudar la camiseta es tener que agenciarse glicerina, bicarbonato monosódico, trigo sarraceno, harina de malta, agua de rosas o clavo de olor. Que no sabes por dónde empezar a buscar: si en una farmacia de guardia, en una ferretería industrial o revolviendo en la despensa de la abuela.

El ingrediente sorpresa. Muchas recetas se caracterizan por contar con un ingrediente secreto que suele dar al plato un toque especial que lo eleva a una categoría superior. Pero en Hell’s Kitchen la atención no se centra en el ingrediente secreto, sino en el ingrediente sorpresa. El ingrediente sorpresa es, por definición, aquél que no figura en el listado inicial sino que aparece súbitamente en mitad del texto que detalla la elaboración. Es bien sabido que un Hell’s Chef siempre lee el apartado de preparación a medida que va cocinando. Por lo tanto, lo que destacará a un buen Hell’s Chef por encima de otros quema-cacerolas será la capacidad de adaptación y de improvisación. En este caso, aparecerá el indispensable:

Ingrediente suplente. Éste abarca un amplio espectro de productos (alimentarios o no) que pueden ir desde el queso Filadelfia al serrín. El ingrediente suplente aparece como medio de salvar el hueco dejado por un ingrediente sorpresa, un ingrediente exótico o para suplir cualesquier tipo de carencias debidas a la falta de disponibilidad en el economato o bien por representar su compra un nivel de inversión superior a la realidad de la economía doméstica.

Todo lo demás. Como su propio nombre indica, y sin tener que hacer grandes esfuerzos deductivos, este apartado engloba todo lo que no tenga cabida en los tres puntos anteriores. ¿Que se podrían haber hecho más clasificaciones? Seguro que sí. Pero 4 es un número que está bastante bien. Ni poco ni mucho. E históricamente ha triunfado bastante: los cuatro evangelios, los cuatro Fantásticos, los cuatro puntos cardinales, los cuatro jinetes del Apocalipsis, las cuatros estaciones de Vivaldi, los cuatro-ojos y las cuatro esquinitas que tiene una cama. Sí; digamos que cuatro está bien.

viernes, 8 de enero de 2010

War on error (III)


En aras de fomentar aún más el malrollismo internacional, el Departamento de Estado de los EEUU ha clasificado a los países en dos categorías:

1) Patrocinador Oficial de Terrorismo Integrista. Son los países pata negra en cuanto a odio profesado hacia el país paladín de la Libertad. La lista está encabezada (por aclamación popular) por Yemen, seguido de cerca por Siria, Afganistán, Pakistán, Irán, Argelia y Malí. En una primera ronda clasificatoria se había incluído a Cuba (con una probada y ancestral tradición yihadista) y Nigeria. Nigeria en última instancia ha protestado a los árbitros, ya que el gol no fue válido por lo que, junto al equipo del Patria o Muerte, han descendido a la calificación de:

2) Países de interés especial, compuesto por los siempre jocosos y dicharacheros malhechores de Libia, Somalia, Sudán, Líbano, Arabia Saudí e Irak (estado nº51 de la Unión). Corea del Norte ha quedado exenta de las Olimpiadas del Mal; probablemente será porque sus paisanos no suelen salir a menudo de su alambrado país.

Pero recientes acontecimientos obligan a crear un tercer grupo, aunque sea a efectos honoríficos:

3) Los países gamberros. Si tras visionar la saga Hostel no quedó suficientemente claro lo hijoputas que podían llegar a ser los eslovacos, lo han vuelto a demostrar en los primeros días de este 2010, que se revela de todo menos aburrido.

Como parte de un ejercicio de seguridad en los aeropuertos de Bratislava y Poprad Tatry, el pasado 2 de enero la policía eslovaca colocó diferentes elementos prohibidos (droga, explosivos y detonadores) en maletas seleccionadas al azar de pasajeros reales. Para dar mayor verosimilitud, a la par que risa, no se informó a los desprevenidos ciudadanos.

Los perros policia hicieron perfectamente su labor en ambos aeropuertos, pero en Poprad Tatry los agentes sólo retiraron uno de los dos paquetes con explosivo plástico que había ocultos en la maleta de Stefan Gonda. Stefan, un electricista eslovaco residente en Irlanda, estaba convencido de que ya había pasado lo peor de las Navidades por el simple hecho de pasarlas con su familia. Mientras, el resto de la ciclotrimetilentrinitramina, también conocida como RDX o T4, embarcaba en la bodega del avión de Danube Wings con destino a Dublín.

Al percatarse del error, la policía avisó enseguida al piloto del avión, el cual estaba a punto de despegar, pero éste al ser informado de que el explosivo por si sólo no constituia una amenaza para la seguridad, decidió proseguir con el plan de vuelo. Era sábado por la tarde y había quedado para tomar unas pintas.

El avión llegó a Irlanda, Stefan retiró su equipaje y se fue a su casa, ajeno, al igual que las autoridades irlandesas, de lo que felizmente transportaba en la maleta. En efecto, a los eslovacos se les olvidó informar a sus homólogos irlandeses del desliz por lo que hasta el martes siguiente no hicieron la llamada. Esto, así a bote pronto, puede resultar un tanto desconcertante, por lo que hay que aventurar la siguiente conjunción de hechos:

1) Fin de semana después de Año Nuevo, no hay ningún mando disponible en la oficina de la policía fronteriza.

2) El lunes, reunión a primera hora para ver a quién le endilgan el marrón de llamar para localizar a las autoridades del país destinatario del explosivo.

3) Lunes por la tarde, tras llamar a Lublin, en la vecina Polonia, alguien se percata de que alguien escribió mal la primera letra de la ciudad. Seis de la tarde, fin de la jornada laboral. Cervezas en el café Razy.

4) Martes por la mañana, encuentran a un cadete novato que sepa hablar inglés y llaman al número de la An Garda Síochána (+353-1-666-6666), les dan la información y cuelgan rápido.

Sea como fuere, lo que está claro es que los irlandeses, al recibir la llamada de un sujeto con un marcado acento de la Europa del Este, hablando de explosivos a manos de un electricista se lo tomaron francamente en serio. Tibor Mako, el jefe de la policía fronteriza en Poprad Tatry declararía posteriormente que “no soy un experto en pirotecnia pero, en base a las explicaciones, esa cantidad de explosivos no rompería ni una puerta”. Pues a Stefan Gonda, se la echaron abajo de una patada, desalojaron varias viviendas colindantes y acordonaron la zona. Y se lo llevaron al cuartelillo naturalmente, donde fue sometido a tres horas de interrogatorio. Finalmente salió en libertad sin cargos y con un mosqueo acojonante.

Dentro de la tremenda putada que le ha supuesto, el señor Gonda ha tenido suerte de no haber viajado con el paquete sorpresa a países con tan poco sentido del humor como Rusia o Arabia Saudí, puesto que probablemente hubiera acabado colgando de una soga o recogiendo los dientes en el suelo de un calabozo.

El gobierno irlandés ha recibido críticas del Fine Gael, el principal partido de la oposición, por haber fallado los controles de seguridad al dejar entrar el explosivo al país. La réplica lógica ha sido que los controles sólo se aplican a los pasajeros que salen del aeropuerto, no a los que llegan.

Esto acaba de dejar la puerta abierta a la siguiente conclusión lógica:si uno no se puede fiar de los dispositivos de control de los otros países, deberían implementarse controles exhaustivos del equipaje a la llegada.

Eso es estupendo: gracias a la acción combinada de Yemen y Nigeria, deberemos llegar al aeropuerto con la antelación suficiente para pasar los cacheos sin perder el vuelo, y gracias a los camaradas eslovacos, el proceso de llegada se prolongará el tiempo necesario hasta examinar los equipajes.

Eso si tienes la suerte de que no te pierdan la maleta, o que te la detone la Guardia Civil, pero eso es tema para la siguiente parte.

[fin de la tercera parte]

miércoles, 6 de enero de 2010

War on error (II)


Como corresponde a los tiempos en los que vivimos, la hazaña de Umar Farouk dio la vuelta al mundo en un plis y, antes de que los langostinos de la cena se hubieran descongelado, la paranoia se desató en todo el mundo.

A las pocas horas del suceso, la TSA (Agencia de Seguridad en el Transporte) informaba de la detención de dos hombres que actuaban de un modo sospechoso durante un vuelo a la ciudad de Phoenix, Arizona. Algunos pasajeros se alarmaron al ver a dos hombres de apariencia filo-talibán, que hablaban árabe en voz alta y estaban visionando en un reproductor portátil de DVD imágenes de la explosión de un terrorista suicida. Tras el interrogatorio, se aclaró que se trataba de la película “The kingdom”, protagonizada por Jamie Foxx y Jennifer Garner. La única cuestión que no queda clara es si la película era original o bajada con el eMule, pero como los hechos tuvieron lugar fuera de la jurisdicción de la SGAE, se dejó correr el asunto.

En otro caso, y también en un vuelo de Northwest Airlines de Amsterdam a Detroit, se detuvo a un pasajero nigeriano, al que le entraron unas ganas terribles de encerrarse en el cuarto de baño durante un buen rato. Pasaje y tripulación, más mosqueados que un pavo el día de Acción de Gracias, no dudaron en increpar al señor, el cual dijo encontrarse enfermo.

Lejos de hacer un llamamiento a la calma, la propia Janet Napolitano pidió a todas las personas que planearan hacer un viaje en avión que estuvieran ojo avizor y comunicaran a las autoridades cualquier comportamiento o actividad sospechosa. Una guía básica de comportamiento ciudadano obligaría a notificar a los equipos de seguridad de:

- presencia de hombres de raza negra.

- presencia de hombres árabes o que tuvieran aspecto de ello (barba+turbante+mirada torva).

- conversaciones mantenidas en nigeriano, árabe, euskera, catalán o cualquier idioma que no se asemeje al inglés de la costa Este.

- uso de móvil, reproductor de DVD, iPod, ordenador portátil, Nintendo DS, PSP, Wii Fit y tamagochi.

Dado que el 110% de la población estadounidense encajaría en todos o alguno de los apartados arriba mencionados, el eslogan ideado por el departamento de seguridad Nacional es el de “No, we can’t (fly)”.

Entre otras ocurrencias, Napolitano sugirió a los viajeros que se “tomen un tiempo extra para la facturación y el embarque”, lo que traducido vendría a ser que todo el mundo venga un día antes por si acaso la cosa se atraviesa. El motivo no es otro que las enormes colas provocadas por las medidas adicionales de seguridad. Ello conlleva un riguroso registro del equipaje de mano y la posibilidad de que el pasaje sea sometido a un minucioso cacheo.

Algunas aerolíneas incluso han anunciado que los vuelos cuyo origen o destino sean los Estados Unidos, no van a permitir a los pasajeros acceder a su equipaje de mano, ni levantarse una hora después del despegue ni una hora antes del aterrizaje.

Desde aquí me gustaría lanzar algunas ideas, si no es que Michael O’Leary (presidente de Ryanair) se me ha adelantado ya:

- Supresión de los cubiertos de plástico. Hemos visto muchas películas en las que un convicto te lía un motín del cagarse con una cuchara de plástico y una cerilla. Por lo tanto, que el catering sea a base de bocatas de panceta para los infieles, shawarmas para los del turbante y tallos de apio para los veganos.

- Guardería de móviles y charlas acerca de cómo superar la necesidad de llamar a casa en cuanto las ruedas han tocado suelo. Lo que yo no me explico aún es cómo dejan subir un móvil al avión al tiempo que nos cuentan que es perfectamente capaz de derribarlo llamando al 11888.

- Excursiones al baño en grupos de dos, siendo uno de ellos un sargento de la Guardia Civil, como en la peli de El Lute.

- Aplicación del tratamiento Barracus, consistente en administrar un potente narcótico a todos los pasajeros. Aquellas personas que por problemas médicos u objeción moral al uso de drogas no deban o no quieran someterse a esta medida de seguridad, siempre podrán optar por viajar esposadas al asiento.

Todo ello por lo que respecta a la seguridad a bordo. Para los controles de tierra ya sabéis que nos van a pasar por el: Escáner Corporal. Pues qué queréis que os diga, antes que someterme a un tacto rectal como decía recientemente Iñaki Gabilondo en su editorial, pues casi lo prefiero.

Ya se puede poner la gente de culo, sentirse indignada, vejada y violada en su intimidad, que esto lo van a acabar poniendo sí o sí. Que digo yo que, habiendo llegado al punto de ser tratados como carne de presidio con lo de vaciarse los bolsillos, quitarse el calzado y el cinturón (y ojito, que no sé cómo nos permiten quedarnos con los cordones de los zapatos, pudiendo estrangular a una azafata con ellos), a mí me parece una estupendísima idea la de esta especie de rayos X.

Y el que diga que se siente desnudado por la máquina indiscreta que me diga que no ha ido en su vida a la playa, por favor. Que lo vieran mal en Arabia Saudí, donde las mozas van tapadas hasta las pestañas tiene un pase, ¿pero en la España del topless y la liberación michelínica? Eso es llevar la contraria por el placer de fastidiar a los amigos americanos.

Y si no, que se lo digan a las autoridades de los países por donde pasó el tal Abdulmutalab, que ya se han puesto a la faena: USA, Reino Unido, Italia, Nigeria, Holanda y Ghana. El fabricante de los aparatejos ya puede estar enviando flores y Ferreros Rocher a la habitación del hospital donde están tratando las quemaduras al aspirante a suicida.

Entre las voces críticas, destaca Giovanni Bisignani, jefe ejecutivo de la IATA, (Asociación Internacional de Transporte Aéreo). "En lugar de buscar cosas malas, como cortauñas y botellas de champú, los sistemas de seguridad han de concentrarse en hallar a gente mala. Agregar nuevos equipos a un viejo sistema no dará los resultados que necesitamos". Verás, Giovanni, la gente mala además de mala es lista, por lo que suelen parecer gente normal e inofensiva. Sé que todavía es pronto para revelar esto pero el Departamento de Defensa está entrenando a voluntarios mutantes capaces de leer el pensamiento y percibir el mal karma de las personas. El único inconveniente es que es un proyecto costoso y no todos los videntes y telépatas iban a estar dispuestos a pasarse 12 horas diarias viendo desfilar turistas y hombres de negocios en una terminal internacional.

[fin de la segunda parte]

viernes, 1 de enero de 2010

War on error (I)


Umar Farouk Abdulmutallab. Este es el nombre del fenómeno que esta Navidad nos acaba de complicar un poquito más la existencia a todos.

Con 23 años recién cumplidos, el cerebro lavado en seco (nada más seco que el desierto yemení) y su masculinidad a punto de ser inmolada, el chaval embarcó en el vuelo NW253 que cubría el trayecto Amsterdam-Detroit con la nada saludable intención de liarla parda.

Pocos minutos antes de llegar a destino, intentó hacer estallar junto al mamparo un explosivo llamado PETN, también conocido como pentaeritritol.

El PETN es una de las sustancias que Richard Reid intentó ocultar en sus zapatos, tratando de hacer explotar un avión que se dirigía a Estados Unidos meses antes de los atentados del 11-S. Por tanto, es al Sr. Reid a quien debemos el dudoso honor de tener que descalzarnos ante la mirada huraña de un empleado de seguridad del aeropuerto.

Volviendo al nigeriano, éste consiguió burlar los controles de seguridad cosiéndose un paquete de 15 cm. en el interior de los gayumbos. Dada la seriedad del suceso, trataremos de evitar hacer bromas obvias relacionadas con el tamaño de su paquete. Junto al polvo explosivo también llevaba adherida una jeringuilla con un líquido.

Para manipular los cacharros de perpetrar atentados, el tipo estuvo como 20 minutos en el cuarto de baño, según han declarado otros pasajeros y miembros de la tripulación. Yo no sé vosotros, pero un servidor no se fija en el personal que va y viene del baño ni el rato que se pasa, a no ser, claro está, que me esté yendo por la pata abajo y los retretes estén ocupados. Da igual, esto tampoco es relevante.

En realidad lo que sí llamó la atención del personal fue el olor a pelo de huevo chamuscado, procedente de un sujeto cubierto con una manta. Los comunicados oficiales informan de que algunos pasajeros se abalanzaron contra él e impidieron la detonación, pero lo más probable es que el dispositivo fallara por si mismo. Y no es de extrañar, puesto que después de casi 9 horas de vuelo Abdulmutallab debía tener los huevos más húmedos que el sobaco de un panadero. Entre los nervios propios de lo que supone estar a punto de cargarse a 290 personas y la manía que tienen las aerolíneas de poner la calefacción a tope para que el pasaje se quede frito y no moleste, el muy desgraciado debía estar sudando como un pollo y claro, por lo visto el PETN no debe ser waterproof y se escacharró el invento.

Lo que sí me imagino es que, tras sobreponerse el susto inicial, algunos de los pasajeros harían cola para darle cuatro guantazos al presunto terrorista, a lo ‘Aterriza como puedas’.

Y aquí es cuando vienen los sesudos analistas de los servicios de, ejem, inteligencia y determinan qué leches ha sucedido en esta ocasión.

El primero que aparece en escena es el acaudalado padre de la criatura diciendo “yo ya lo dije”. Este alertó a la embajada americana en Nigeria temiendo que el niño se le hubiera radicalizado y que últimamente no paraba quieto por países malignos tales como Yemen. Michael Certoff, ex secretario estadounidense de la Seguridad Interior declaró que “cuando tenemos a un padre que viene a la embajada para hablar de la radicalización de su hijo y que brinda su número de pasaporte, lo primero que se debe hacer es cancelar la visa. Pero se tomaron su tiempo, ahí está el problema". Y es que la parsimonia y los días moscosos no son exclusividad del funcionariado español, oiga.

La CIA se defiende de esas acusaciones arrojando la patata caliente al Centro Nacional de Antiterrorismo, la agencia que coordina las actividades de inteligencia estadounidenses. Una fuente de Langley indica que “la alerta del padre de Abdulmutallab fue transmitida debidamente al NCTC, así que vayan y pidan explicaciones a ese hatajo de tunantes”.

Y no sólo eso. Abdulmutallab disponía de un visado válido pese a que desde junio de 2008 figuraba en una lista de sospechosos de terrorismo. La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, se preguntó cómo las autoridades no revocaron el permiso de entrada. Bueno, será que esta lista contiene nada más y nada menos que 550.000 nombres por lo que la simple inclusión de un nombre en la lista TIDE no prohíbe de manera automática tomar un vuelo internacional. “Eso es porque en los aeropuertos se trabaja con Windows y a la que meten un fichero gordo, el sistema se cuelga”, declara un empleado de Microsoft que no ha querido revelar su identidad.

En consecuencia, la lista más estricta, que impide el vuelo de un sospechoso, se reduce a 4.000 nombres. Y no os vayáis a creer, que está impresa en papel pijama, como los de las listas electorales, por lo que hay que repasarlos con una regla. De ahí que cuando estamos facturando nos parece que tardan tanto en imprimirnos las tarjetas de embarque, y es que al otro lado de donde se tragan las maletas hay un cabo de la Guardia Civil dejándose los ojos en un interminable rollo de papel blanquiazul. Que uno dirá que con un Ctrl+B se encuentra el nombre del personaje en cuestión. Pues no, se hace como yo os digo porque a veces uno escribe Jiménez con G, o no acentúa las mayúsculas. ¿Y cómo figura María del Carmen en el DNI? ¿Mari Carmen? ¿Mª del Carmen? ¿Karen? Sin ir más lejos, en mi fase de documentación he visto escrito el nombre del presunto de diferentes maneras: Umar Faruk, Omar Farouk con todas las combinaciones y permutaciones que ello conlleva: 4.

Para echar más sal a la herida yanqui, resulta que el gobierno británico ya había vetado la entrada al país al súbdito nigeriano, según se descolgó recientemente el Ministro del Interior. Y es que el MI5 estuvo espiando al mozo entre 2005 y 2008 por su relación con radicales islamistas. Lo que pasa es que la información no fue transmitida a los servicios secretos estadounidenses porque no se consideró un peligro en ese momento. Ya después se les olvidó.

En un gesto que entre los anglófonos se denomina “at good hours, green sleeves”, oficiales británicos han facilitado a sus homólogos americanos un informe sobre las actividades de Umar Farouk durante los años en que estudió en el University College de Londres.

[fin de la primera parte]