domingo, 25 de julio de 2010

Peregrino descubre que Santiago de Compostela es una ciudad fantasma

Gorka Basajaun, natural de Barakaldo, decidió que aprovecharía el año Xacobeo para realizar el camino de Santiago, pues había prometido que si se sacaba el FP de electromecánica se lo agradecería al patrón de España.

"Pues he llegado y aquí no había ni Cristo. Esto es un engaño y un pitorreo", ha contado a su madre por teléfono un Gorka bastante cabreado. Luego se ha cortado la comunicación.


Esta situación se ha repetido a lo largo de esta mañana, lo que ha dado lugar a una investigación por parte de la Guardia Civil que, a falta de poder establecer comunicación con las autoridades locales, ha enviado a dos agentes rurales montados en sendas motocicletas.

A la hora de comer, aún no se tenía noticia alguna de los policías por lo que se ha decidido no arriesgar más vidas humanas y emplear otro sistema más seguro: llamar a todos los números de las páginas blancas de Santiago de Compostela hasta que alguien responda al teléfono.

Entretanto, la noticia ha llegado al resto de la población, la cual ha entrado en estado de pánico. Diez encapuchados han quemado un contenedor en la plaza de la Cibeles, aunque a priori se descarta que tenga relación directa con lo sucedido en la ciudad gallega.

Las máximas autoridades científicas hablan de un probable efecto lemming que haya impulsado a los habitantes y turistas de Santiago a encaminarse hasta Finisterre y arrojarse al mar.

"La otra opción es que un virus zombie haya asolado la ciudad, aniquilando a todo ser viviente", declara un portavoz del CSIC, "pero de momento la deberíamos descartar porque es muy truculenta y no favorece la llegada de más turismo a la zona".

Un helicóptero ha sobrevolado la zona pero solamente han podido divisar un perro callejero y a "algo que se parecía a Manuel Fraga, por lo que no se descarta lo del virus mutante", indicaba el mismo portavoz del CSIC.

"Lo peor es que sus majestades los reyes se encontraban allí para asistir a la tradicional ofrenda al apóstol y desconocemos su actual paradero", indica la ministra de Defensa, Carme Chacón.

El portavoz del CSIC ha manifestado que "casi prefiero que sus majestades se hayan ahogado en el océno Atlántico a que se hayan convertido en zombies sedientos de sangre. Esta mañana tenían previsto pasar revista a las tropas, por lo que deberíamos considerarlos armados y peligrosos".

Esta misma tarde, el portavoz del CSIC ha tenido que ser destituido de su cargo por su manifiesta obsesión por el tema zombie.

Antonio Fernández-Campa, Secretario General de la Consellería de Cultura y Turismo de la Xunta, ha tratado de tranquilizar a la ciudadanía indicando que "no podemos decir que pase algo grave porque no lo sabemos, pero de saberlo igual no deberíamos decirlo por si luego no es lo que es y resulta que es otra cosa, iríamos mal; que ustedes los periodistas hacen caso de lo que quieren y lo que no se lo inventan. Bueno, yo me tengo que ir que se me hace tarde".

Mientras tanto, cientos de miles de peregrinos no se atreven a alcanzar su ciudad de destino y están abarrotando las poblaciones cercanas a Santiago, lo que ha originado graves disturbios en la zona.

Seguiremos informando.

viernes, 23 de julio de 2010

Letra pequeña


"Traspasa saldo a otro móvil Genaro, de 2 a 10eur, sin decimales. Envía TRASPASO importe móvil al que traspasas al 470. SMS sin coste".

Que yo pensé: ostras, esto es cojonudo. Me viene al pelo, es simple, rápido y encima gratis.

Y a continuación la pregunta que me hice a mi mismo fue: ¿dónde está el truco? Pero luego me dije: qué puñetas, voy a probar. Al fin y al cabo lo haré con el dinero que venía gratis con la nueva tarjeta. Si sale bien, estupendo. Y si sale mal, tengo tema para un post.

Obviamente estoy escribiendo sobre ello, así que no hay que ser muy clarividente para deducir que la cosa no salió como yo esperaba.

Después de enviar el mensaje, recibí otro que decía:

"El traspaso de saldo no se ha realizado porque esta línea no dispone de la antigüedad minima de 3 meses para realizar un traspaso. Condiciones en genaro.es".

Condiciones que en el primer mensaje no se mencionaban. Por tanto, no se puede hablar estrictamente de letra pequeña, sino de ausencia de la misma. 

Aprovecho, desde estas líneas, para preguntar a la humanidad en general y a la compañía de telefonía móvil en particular a qué viene una restricción de este tipo. La considero absurda. En cualquier caso da igual, tengo la paciencia de un depredador; esperaré los tres meses de rigor para traspasar el dinero.

Pero entonces me ha dado por leer el librito que venía en la caja del teléfono (sí, aquella que uno no suele llevar en el bolsillo trasero del pantalón y que lleva inscrito el número IMEI). Es el típico librillo que nadie se lee nunca y que viene cargado de densos párrafos contenido legal impreso en fuente de cuerpo 1.

Pues para que la tarjeta esté operativa, o sea, que empiece a adquirir antigüedad, debe realizar una llamada a un número no gratuito. Bien, retorcidas mentes criminales, lo tendré en cuenta.

Y como ya me ha picado el gusanillo de la letra tamaño mini, he seguido mirando los papelotes promocionales que acompañaban al librillo aburrido. Uno de ellos, plastificado y con una atractiva combinación de naranja corporativo sobre fondo negro, ensalza las excelentes virtudes de los módulos de ahorro (que no son sino lo contrario: una crujida para el bolsillo, se elija lo que se elija) y las tarifas de tarjeta.

Estas tarifas se presentan llamativamente del palo: -50% en todas las llamadas, 0 céntimos el minuto, o a 10 céntimos/min. a todos los operadores.

Después de lograr leer la letra pequeña (no sin peligro de pérdida de visión, ya que ha sido maquiavélicamente impresa en color blanco sobre fondo naranja o en tamaño que requiere microscopio) uno puede sintetizar que el espíritu de las mentes pensantes del departamento comercial es el de "elijas lo que elijas, te la vamos a clavar".

La tarifa plana, una de las que se vende a 0€ el minuto, requiere una cuota de 6€ por semana.

Las otras tarifas exigen una recarga mensual de 10€ o se pierden las tarifas reducidas.

Es decir, que dentro de todo, la tarifa plana de 0€ al final acaba costando más que las demás, y tiene otras limitaciones, tales como horario en el que se puede llamar, máximo de minutos semanales y máximo de números de teléfono a los que llamar. Aquí podemos aplicar la máxima de: menos es más, o lo que es igual: te piensas que pagarás menos pero gastarás más.

Para ilustrar todo este galimatías, he elegido la mítica secuencia de la librería, de la película Top Secret!, en la que sale el hombre de la lupa, en la que no se entiende nada de lo que se habla y que sólo al final descubres que todo es al revés de lo que parece.

miércoles, 21 de julio de 2010

Lo que faltaba

IMEI.

Si esta palabra no te dice nada, es que no has leído el capítulo anterior.

Si ya estabas al día, adelante, hoy acaba el relato.

Pasa otra semana entera, sábado y domingo incluidos y a mi no me llama ni el Tato. A estas alturas de la historia, ya se me empieza a hinchar una vena y no digo de dónde, por pudor.

Llega el lunes. Antes de salir de la oficina busco el número de la tienda y llamo para descargar mi furia espartana.

Estupendo, se pone al teléfono una persona que no es la dependienta Melón ni el co-dependiente empanado. Una persona a la cual, obviamente hay que explicarle el guión de la película partiendo de menos 1.

Cuando acabo de soltarle el rollo me dice:

-Yo flipo. No entiendo cómo te vendieron el teléfono sin la tarjeta SIM y además te fuiste sin la factura.

[Se me escapa una lagrimilla de emoción. Ha captado la esencia del problema y hasta parece que simpatiza con mi causa].

-Pues nada, tú ven para aquí y ya está.

-Pero yo si vengo es para que quede todo solucionado, de verdad. Es que ya he ido dos veces. En serio, si no me puedes hacer factura o no tienes tarjeta, no pasa nada. Yo te devuelvo el móvil, tú me devuelves el dinero y me lo compro en otro lado.

-Que no, que no, si aquí tengo un montón de tarjetas de prepago. Vamos a ver, ¿a ti quién te atendió?¿una chica jovencita, rubia?

[El retrato robot encaja con la dependienta Melón, la cual ha recibido montones de tarjetas y ha olvidado NUEVAMENTE llamar para avisar. He aquí otra vez mi número de teléfono en un post-it que acaba archivado en el recipiente de los desechos].

-Mismamente.

-Vale es que yo hoy me he incorporado de mis vacaciones y la chica ha sido trasladada

[dime por favor por favor que está picando piedra en una mina de carbón norcoreana]

a otra oficina,

[uyyyyyyyyyy]

pero como ya te digo, tú pásate y lo dejamos solucionado.

-Vale, pues voy para allá.

A la media hora llego a la tienda. No sé por qué extraño motivo, una cola de tres personas, atendida por dos dependientes requiere un tiempo de espera superior a la media de cualquier cola conocida por el ser humano. La cosa directamente no avanza pero eso da tema para otro post, otro día.

Detrás del mostrador está el co-dependiente empanado y una mujer muy muy morena, con piercing y tatuajes. Desprende un aura de tía chunga que la identifica como la Encargada. Debo procurar que me toque con ella, pues es la que me ha atendido al teléfono.

Hay suerte, me toca ella.

-Buenas tardes, he llamado antes, soy el sin papeles.

-Ah, ya. Vamos a ello. Necesito el IMEI, ¿llevas la caja encima?

-Me temo que tendremos que abrir la carcasa del móvil.

-Si, no hay problema, es que hay que ir quitando y poniendo la batería, pero no es nada. Trae, ya lo abro yo.

Se apunta el IMEI, me devuelve el móvil. Me pide los datos, los da de alta en el sistema, procura darme conversación...

-Pues me sabe mal que te haya pasado todo esto, menos mal que eres un tío legal y has venido a reclamarlo.

-De legal nada. Es que ahora mismo es como si hubiera robado el móvil, si le pasara algo, no tengo ningún tipo de garantía. Bueno, peor que haberlo robado, porque me costó dinero. Además también está el tema de la tarjeta con 12 euros de regalo.

-Ya, si tienes razón. Yo me refiero a que si no hubieras venido era un problema para nosotros, pues al no haber factura, no hay registro de la salida del aparato y nos descuadraría el inventario.

Se dirige al co-dependiente empanado:

-¿Es que de verdad, Javi, no entiendo cómo Raquel vendió este móvil si no funcionaba el sistema.

-Ya... yo tampoco, no sé... yo ante eso prefiero perder la venta...

Y pone cara de no tener ni la más remota idea de lo que le están contando, así que no me puedo reprimir:

-Bueno, tú también estabas ese día y lo comentasteis entre vosotros, así que no te hagas el longui.

Hubiera esperado que me clavara una mirada de odio, pero es sorpresa lo que brilla en sus ojos bovinos.

-Ah... sí ya me acuerdo. Tú ya viniste un par de veces, ¿verdad?

[El que se acuerde de mi indica que estas cosas no se las hacen a todo el mundo y que he sido una víctima aleatoria de la torpeza humana].

La Encargada me dice:

-Uy no sé que ha pasado pero hay que volver a introducir los datos. Tenemos que abrir otra vez para apuntar el IMEI. Y los datos personales, si no te importa...

[¡Grrrrrrrrrrrrrrrr! Sí que me importa, cojones, existe una cosa llamada papel y una cosa llamada lápiz. Sé que en una tienda de telefonía móvil estáis siete niveles por encima de ésta tecnología cavernícola pero creedme: FUNCIONA].

-Sí, claro, cómo no.

-Perdona, ¿eh?

-No, si no pasa nada, tú tranquila.

[Ahhh.. ¿qué haríamos sin el cinismo?].

-Pues aquí tienes: tu tarjeta y tu factura. Y siento mucho lo sucedido.


Ahora tengo mi móvil legalizado y 12 euros para fundir en llamadas. Lo único engorroso es que hay que ir sacando y poniendo la tarjeta SIM en el teléfono... pero, oh, sorpresa, recibo un SMS que me puede ser de gran ayuda...

[Continuará]

martes, 20 de julio de 2010

Sin papeles

Ayer quedamos en que me fui a casa con un móvil patera (sin papeles, sin tarjeta).

La dependienta Melón se tomó buena nota de mi nombre y número de teléfono con tal de avisarme para que fuera a recoger la factura y la SIM con el dinero de regalo.

Transcurrió la semana entera y yo, que me considero el colmo de la astucia, en aras de evitar echar un viaje en balde, busqué en Internet el número de la tienda y les llamé para ver si había llegado lo mío.

-Si, hola, la semana pasada me vendisteis un móvil pero no era posible hacer la factura. Tampoco teníais las tarjetas prepago que vienen con el teléfono y es para ver si te habían llegado ya.

-Ah, ya me acuerdo de ti. Sí sí, pásate cuando quieras.

-Vale, ahora voy para allá.

[Lo de que tenía que llamar, se lo ha pasado por el forro. En fin, el estrés de la vida moderna].

Me presento en el establecimiento.

-Muy buenas, he llamado antes, vengo a por la tarjeta y...

[La dependienta Melón me mira con cara de cordero degollado]

-Ayyyy... lo siento muchísimo pero después de hablar contigo me he dado cuenta de que no nos han llegado las tarjetas que estábamos esperando.

-Ejem, precisamente he llamado para confirmar y evitar esto.

[Lo que traducido viene a ser: tú eres imbécil, tía].

-Yaaaa, pero es que no me ha dado tiempo a apuntar el teléfono desde el que me has llamado y ya no te hemos podido localizar.

-Mmmm, pues la semana pasada tomaste nota del teléfono para poder avisarme.

-Ya... [=hice una bola con el papel donde apunté tus datos y lo arrojé al fondo de la papelera que tengo a mis pies]. Bueno, si quieres hoy sí te puedo hacer la factura, por lo menos eso ya la tienes.

-OK. Así no me voy con las manos vacías.

-Bueno, pues para eso necesito el número de IMEI. ¿Llevas la caja donde iba el móvil?

-Bueno, en realidad no suelo salir a pasear con ella encima.

-Claro, claro. No pasa nada, entonces necesito abrir el móvil para ver el número IMEI.

-Vale, aquí tienes.

-Uix, yo no tengo uñas, ¿lo puedes abrir tú, por favor?

[La verdad es que la tapa trasera tiene muy mal abrir; hay que hacer una fuerza tremenda con las uñas y doblar la pieza hasta que parezca que se te vaya a petar en los morros. Lo cual equivale a: "prefiero que se te rompa a ti y no a mi"].

-Muy bien, dime tu nombre, DNI, dirección, blablaba...¡Uy! ¡Javi! [co-dependiente empanado], ¡no me deja hacer la factura!

-Es que sin la tarjeta no se puede hacer la salida del producto. La SIM va asociada al aparato. Tendrá que venir otro día.

[Cojonudo, me encanta venir a este local. Sobre todo porque, no sé cómo, han logrado que en el interior haga más calor que en la calle].

Elegí mal día para dejar las pastillas de colores

-Bueno, pues nada, entonces ¿cuándo creéis que puedo venir?

-Mira, yo llamo a mi jefe y le reclamo las tarjetas y cuando tenga una yo te aviso.

[Llámalo dejá-vu, llámalo día de la Marmota, o llámalo bucle temporal, pero este diálogo ya ha sido mantenido en el pasado o en un universo paralelo, ya no sé].

-Perfecto, pues si eso ya me llamas.

-Dame tu número de teléfono que esta vez me lo apunto bien apuntado.

[El "me lo apunto bien apuntado" viene a confirmar mi anterior imagen mental de un papel arrugado cayendo en la basura].

-Pues nada, hasta la semana que viene, espero.

Continuará.

lunes, 19 de julio de 2010

Movilizándome

Es un poco lamentable decir esto, pero es así: la inutilidad de los demás alimenta mi autoestima.

Retrocedamos tres semanas en el tiempo: el móvil decide tener un ictus y me abandona. Aprovechando el viaje, se lleva consigo la mayor parte de los teléfonos grabados en la agenda, a lo ex-mujer despechada.

Dadas las circunstancias no queda otra que hacerse con otro telefonino. Acudo a una tienda de una de las principales operadoras de telefonía móvil; llamémosle melón (más adelante esta denominación cobrará pleno sentido, ya veréis).

Me dirijo a la dependienta:

-Muy buenas, se me ha escorromuñado el móvil y antes de nada quería saber si hay posibilidad de recuperar los teléfonos de la agenda.

-¿No los tenías guardados en la memoria SIM?

-Algunos. La mayoría estaban en la memoria del teléfono.

-Uy, pues no. Los tendrías que haber almacenado en la memoria SIM.

[Ayyyy, que me ha tocado una experta en pronosticar los problemas a toro pasado].

-Pues nada, ya los iré recuperando poco a poco; con lo bonito que es volver a conseguir los teléfonos de la gente. Quiero un móvil sencillito sencillito.

-¿Cómo de sencillo?

-Llamar y recibir llamadas. Si además envía SMS, cojonudo.

-¿Prepago?

 -Si.

[Lo sé. Soy el prototipo de cliente que todas las compañías se rifan. La razón de vivir de Steve Jobs y compañía].

-Bueno, tenemos este Cacatel por 19 euros y viene con una tarjeta con 12 euros en llamadas.

-Pues  hala, a la saca.

-Lo tenemos en dos colores: blanco y rojo.

[La vida está llena de decisiones complicadas. ¿Cómo afectará la siguiente elección a mi futuro?]

-Blanco está bien.

-El rojo es el que tenemos ahí expuesto, si quieres te lo enseño.

[¿Cuándo entenderán las mujeres que lo primero que elige un hombre es lo que se acabarán quedando?].

-Bueno, enséñamelo.

[El rojo normalmente es un color molón, pero el artista conceptual de Cacatel ha logrado obtener un rojo color-barra-de-labios-Bourjois que hace que mis retinas se estremezcan de puro horror].

-Definitivamente me quedo con el blanco.


-Vale, ¿pagarás en metálico o con tarjeta?

-Metálico.

[Billetazo de veinte; con dos pelotas].

-Bien, porque no nos funcionan las líneas telefónicas. Por eso tampoco te podré hacer la factura. Y no me quedan tarjetas. Están a punto de llegar. Calculo que para el martes que viene ya las tendremos.

-Ehhh...

[Creo que acabo de caer en una especie de trampa vietnamita, pero aún no me hago cargo de cuál va a ser la magnitud de la tragedia]

-Mira, dame tu número y cuando me llegue una tarjeta te aviso.

-Bueno, vale.

[MAL. En ese momento le tendría que haber arrojado el teléfono a la cara, coger mis veinte euros y salir huyendo. Pero decir esto me convierte en un experto en pronosticar problemas a toro pasado, así que retiro lo dicho].

La semana siguiente, como podéis intuir el asunto se complicó.

Continuará.

miércoles, 14 de julio de 2010

The Empire Strikes Bad

Ha vuelto a suceder.

Los Dementores del Instituto Nacional de la Seguridad Social vuelven a rondar mi casa. Por algún misterioso motivo siguen mandando cartas a mi dirección con la comunicación de altas y bajas de otra persona. La persona en cuestión es el anterior propietario del piso, que me lo vendió en el 2003. Tres años antes, después de devolver las cartas de la SS una y otra vez, logré despistarlos utilizando una vil estratagema: indicar que el destinatario había fallecido.

Pero eso fue una solución temporal. El gnomo que manda las cartas volvió a considerar que este hombre se aloja en mi piso. Harto, decidí emplear otra táctica más mamporrera pero quizás más notoria: cagarme en las muelas del colectivo de los funcionarios y documentarlo en el reverso tenebroso... quiero decir, en el reverso del sobre.

Esto fue lo que escribí:

Y tal cual lo metí en un buzón de la oficina de Correos y me quedé tan pancho.

Eso fue el viernes pasado.

Pues ayer martes, atraída como una embarcación a un peñasco rocoso repleto de sirenas rubias y tetudas, la cartita de marras embarrancó en el buzón de mi escalera. El cartero de turno, en un alarde de agudeza mental, decidió obviar mis mensajes en cuerpo 18 y color rojo-cabreo y volver a entregar la misiva a la dirección que figura en la parte destinada a tal efecto.

No pasa nada. Aún quedaba espacio libre para verter mi bilis:


En la parte posterior he añadido una llamada al asterisco que cita "¿qué parte de 'dirección incorrecta' es la que no se entiende?". También, para aligerar la presión a los heroicos trabajadores postales he escrito, junto a la soflama contra los funcionarios: "me refería a los de la SS, no se me ofenda el personal de la estafeta".

Con esta aclaración no pretendía ganarme la simpatía de los de Correos, sino hacer patente el analfabetismo funcional del personal que trabaja ahí.

Ahora mi dirección está tachada. No debería haber forma humana de que regrese por mano del cartero. Aún así no las tengo todas conmigo. Mañana la tiro al buzón a ver qué pasa.

Palomas mensajeras ya.

lunes, 12 de julio de 2010

Paises Golpes Bajos 0 - La Roja que iba de Azul 1

A pesar de las patadas voladoras de los contrarios, España se ha llevado el pulpo al agua.


Lo de que a esos les llamen la Naranja Mecánica creo que ya sé de qué les viene:



Y por favor que alguien le diga a Vicente del Bosque que ja se puede alegrar, hombre.

domingo, 11 de julio de 2010

La del pulpo

Me imagino que hoy toca poner algo así:

Y mejor que nos riamos ahora todos, porque después de unas horas no sabremos si nos habrá caído la del pulpo.


Todo ello muy científico y muy serio, si señor.

lunes, 5 de julio de 2010

Gol en el campo, paz en la tierra

Extraigo y cito unas cuantas frases que he escuchado esta tarde en el informativo de la Sexta (no encuentro video que pueda linkear):

[presentadora]: este lunes se ha hecho algo más llevadero. El deporte español este fin de semana nos ha vuelto a dar mucha energía. España en semifinales de un mundial por primera vez en su historia, Nadal arrasando en Wimbledon y en motos, como siempre, arriba en el podio.

[locutora]: el fin de semana de triunfos españoles en futbol, tenis y motociclismo nos ha hecho afrontar el lunes de otra manera.

[ciudadano alienado]: ha sido un lunes espectacular para mí. Venir a trabajar ha sido un poco más agradable.

[sujeto con grave disociación de la realidad]: sigue sonando el despertador a las seis, pero sí que te levantas con una sonrisa.

[asesor del presidente del Gobierno/votante del PSOE]: como ganemos el mundial se acaba la crisis.

Claro que sí, a la  ciudadanía se la pela la situación económica mientras la selección no vuelva a casa antes de tiempo. Ojalá yo también me despertara cantando y bailando, ya no a las seis, sino a las siete de la mañana. Porque cuando ganemos el mundial, se acabarán todos nuestros problemas

A todos esos antiguos miembros de Radio La Colifata va dedicada esta canción:

domingo, 4 de julio de 2010

Empanation Theory

Por algún extraño fenómeno geomagnético, siempre que me adentro en el barrio de Gràcia, acabo dando vueltas en espiral hasta que llego a mi lugar de destino.

En este esquema se muestra el caso más reciente, cuando el viernes fui a que me estamparan una camiseta en Lima Loca. El recorrido empieza a la derecha de la imagen al descender del autobús en Passeig de Sant Joan con Sant Antoni Mª Claret.

Si (por un suponer) un agente de algún servicio secreto, nacional o extranjero, me hubiera estado siguiendo, seguro que habría llamado a sus superiores diciendo: "abortar, abortar, el sujeto ha detectado nuestra presencia, regresamos a la base". 

Dentro de los habituales parámetros de comportamiento masculino del callejeo, nunca pregunto por una calle y tampoco doy media vuelta cuando me percato de que voy en la dirección equivocada; en este caso prefiero dar la vuelta a la manzana antes que hacer evidente mi error.

Excepcionalmente, sí tuve que girar y desandar mis pasos en la calle Verdi, pero es que ya llevaba un buen rato dando vueltas y no estaba para tonterías. Llegué a la tienda, mantuve una conversación freak con el dependiente freak y dejé encargada mi camiseta freak.

Visto sobre el papel, aunque a primera vista puede parecer un dibujo del Telesketch hecho por un mono, es posible que todo esto signifique algo... pero antes voy a forrarme la cabeza con papel de aluminio, no vaya a ser que los extraterrestres que trabajan para la CIA me lean el pensamiento.

jueves, 1 de julio de 2010

Nuevos tiempos


Queda presentado en sociedad el nuevo Casio Multilingual Databank con alarma, cronómetro, doble horario y agenda con capacidad para 25 teléfonos (casi los mismos que me han quedado en la tarjeta SIM de mi móvil tras quedarse en estado vegetativo), calculadora y [tachán-tachán] pantalla iluminada con tonos anaranjados. 

Por último, y no por ellos menos impresionante, garantiza una durabilidad de batería de 10 años, tiempo en el cual se extraviará, romperá la correa, le caerá un rayo encima o se lo llevará una urraca a su nido; pero nunca, nunca antes de una década tendré que acudir al psicólogo paquistaní con la duda existencial de saber si la pila está agotada o el reloj pasó a mejor vida.

Este portento tecnológico ha sido adquirido en los bazares del puerto, zona también conocida como las Siete Puertas, adonde no acudía desde los tiempos en que era usual subir a Andorra a por azúcar, tabaco y mantequilla.