lunes, 3 de mayo de 2010

Los amantes del círculo cular


No se conocían. Sus miradas se cruzaron y, a pesar de la distancia que los separaba, en ese preciso instante supieron que estaban hechos el uno para el otro. La multitud que había entre los dos los separaba de un modo inevitable, pero en el fondo de sus corazones estaban convencidos de que pronto se fundirían en un suave y tierno abrazo.

Encontrarse frente a frente sólo era cuestión de paciencia. El tiempo transcurría lenta pero inexorablemente y, poco a poco, cada vez eran menos los que se interponían ellos dos. Mientras tanto, a medida que los demás se iban yendo, surgieron las dudas: “¿se marchará con otra?” pensaba ella. “¿Me esperará hasta el final? “ se preguntaba él.

Al fin, el momento ansiado llegó y sus rostros se iluminaron de felicidad. “Sabes que esto va a durar muy poco, ¿verdad?” dijo él con la voz temblorosa. “Lo único que sé es que habrá merecido la pena” le respondió emocionada.

Ella se recostó y se cubrió con una delgada sábana hecha en Huelva. “Hueles muy bien” le susurró el al oído. “Es J nº5”, le dijo ella con un hilo de voz. “Te amo, mi vida” fueron sus últimas palabras.

Y de ese modo, su destino les alcanzó.

1 comentario:

  1. bonissim!!!
    es una pena que després de tanta espera el final els agafi d'una forma tan tràgica, almenys van servir per algú!
    fins i tot al pa bimbo li has tret partit jejeje

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