viernes, 6 de agosto de 2010

El Ayuntamiento de Buñol sustituirá los tomates por piedras en su famosa Tomatina

Tras más de 60 años de la tradicional 'guerra de los tomates', Fernando Giraldós, alcalde de Buñol, ha decidido dar un giro radical a la internacionalmente reconocida festividad local.

"Este año no se emplearán tomates sino piedras. Piedras bien gordas", declaraba en rueda de prensa Pilar Garrigues, concejala de fiestas de la localidad levantina.

Según ha manifestado la Comisión de fiestas "han coincidido varios factores que nos han llevado a reinventar la Tomatina".

En primer lugar, se pretende evitar la masificación de visitantes en el municipio y recuperar el espíritu original del festejo. "El año pasado asistieron más de 45.000 personas a este pueblo de poco más de 10.000 habitantes", manifestaba el alcalde, "y con tanto forastero viniendo de todas las partes del planeta, la cosa ha empezado a perder su gracia"

Pascual Lorente, un vecino de Buñol explica que "aquí a los paisanos les hacía gracia liarse a tomatazos con los de Chiva, Alborache o Godelleta, pero ahora solo ves chinos, americanos y japoneses. Creo acertada la decisión del consistorio, porque ahora vendrá el que realmente se atreva, a sabiendas de que le puedan abrir la cabeza de un cantazo".


Otro de los motivos es el de la crisis económica y las repetidas críticas acerca del despilfarro de comida que supone cada batalla. "El año pasado se emplearon 125 toneladas de tomates y el presupuesto ya empezaba a dispararse", apunta un funcionario del Ayuntamiento. "Por el contrario, el campo está lleno de pedruscos que, además de ecológicos, tienen la ventaja de ser reutilizables".

Varias compañías de seguros están fuertemente interesadas en patrocinar el evento de este año, que tendrá lugar el próximo 25 de Agosto.

La concejala de festejos cerró la rueda de prensa diciendo que "sea como sea, garantizaremos que el suelo de Buñol nunca dejará de teñirse de rojo".

1 comentario:

  1. Ya era hora, a ver si acabamos con tanto quejica, y no es de ahora mismo no, mi madre me contaba que en Alborache, donde se refugiaron en la guerra huyendo de los bombardeos de Valencia, celebraron una fiesta en una casa con unos invitados escogidos y limitados. Los mozos que no fueron invitados se dedicaron a reventar la fiesta echando tomates por encima de la tapia. La señora de la casa al dia siguiente visitó al alcalde para protestar, y este con muy buen sentido le contestó, "toda la vida se han echado peñasos, por cuatro tomatasos tanto ruido".

    Por fin en Buñol van a poner las cosas en su sitio.

    saludos.

    donjo.

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