jueves, 10 de febrero de 2011

Reclameitor Strikes Bank (parte II - Quiero hablar con el director)


Acto I - Interior habitación.

Amanece. Suena el despertador. Me levanto, echo una meadita y me miro al espejo. Sonrío. Hoy va a ser un gran día. Se va a haber un follón que no sabe ni donde se ha metío.


La ventaja de tener que ir al banco a primera hora de la mañana es que en ese periodo del día suelo mostrarme en mi grado más hostil. Asimismo, me siento fresco y despejado, perfectamente capaz de mantener un encuentro tenso pero educado, destilando bilis y amabilidad a partes iguales.

Acto II - Sucursal bancaria. Una cajera en el mostrador, un cliente y dos personas sin clasificar rascándose el culo en el despacho del director.

Paso la doble puerta de seguridad y entro en escena.


Al cliente que tengo delante le han clonado la tarjeta y han hecho compras con ella por Internet desde Estados Unidos. Perfecto para caldear el ambiente a las 8:15am. Lamentablemente el banco no puede hacer nada, debe poner una denuncia en la Policía, lo sienten mucho y blablabá.

Me toca.

-Buenos días. Ayer fui a comprar un bono de metro en una máquina expendedora de billetes y me avisó que la tarjeta financiera había sido inhabilitada. Llamé al soporte telefónico del Banco de Calafell y me dijeron que se había denunciado la pérdida. Como les dije que no se había denunciado la pérdida entonces rectificaron y me dijeron que se trataba de un error. Un error del banco. Vengo a que la desbloqueéis.

La cajera, que es pariente cercana de la Bruja Avería, me mira por encima de la montura de las gafas y me dice:

-Ah, no. No te la podemos desbloquear si ha sido bloqueada.

-Pero si la han bloqueado por error...

-Vamos a ver, déjame tu deneí.

Se lo doy. Comprueba los datos en la pantalla y me confirma:

-Pues sí, está bloqueada por pérdida.

-Ya pues, ni se ha perdido ni se ha denunciado la pérdida.

-¿Entonces?

Y me remito al párrafo 5 del acto segundo.

-Ya. Pues te tendré que pedir una nueva. Hoy estamos a miércoles... el lunes la puedes venir a buscar.

-Y mientras tanto, me quedo sin tarjeta y sin poder sacar dinero, comprar, y todo porque alguien ha cometido un error.

-Bueno, si necesitas dinero dime cuánto quieres y te...

A ver a ver a ver... ¿me está ofreciendo dinerito como si fuera mi madre y yo tuviera quince años? Esta señora se está confundiendo. Yo lo que quiero son dos cosas: saber quién ha metido la zarpa con lo de mi tarjeta y cagarme en sus antepasados.

-Ejem, lo que no entiendo es cómo es que la han bloqueado así por las buenas.

Me coge la tarjeta, se la mira y dice:

-Ahhhhhhh... ¡ya sé porqué está bloqueada!

Y me pega una mirada de "pero mira que no te enteras, hombre".

-Es que esta tarjeta es de las antiguas, ahora las hemos cambiado por las que llevan el chips... el micro... el chis...

-El microchip.

-¡Eso!

Y con aire triunfal declama:

-Ese es el motivo de que se te haya bloqueado la tarjeta.

-Me parece estupendo, pero ¿no hubiera sido correcto avisarme de que la tarjeta sería inhabilitada?

Y se le pasa la euforia del científico descubridor.
-Claro, claro. Déjame ver.

Y tecletea algo en su ordenador.

-Lo que no entiendo es cómo te han bloqueado la tarjeta vieja si no se te ha emitido la tarjeta nueva.

Yo lo que no entiendo es cómo aún no la he agarrado por los hombros y la he zarandeado a la voz de ES-PA-BI-LA. Ah, sí lo sé: es por la mañana, estoy fresco como una flor y mi instinto de ogro berserker todavía está en fase embrionaria.

-Bueno, el lunes me paso. O mejor, vendrá la reina consorte, cotitular de la cuenta y la recoge en mi nombre. ¿Hay algún problema?

-Necesitará una autorización.

-Vale. ¿La autorizo yo con un papel a mi rollo o preparáis vosotros alguna especie de documento?

-La puedes hacer tú mismo.

-Perfecto. Ahora quiero poner una reclamación.

Y me mira con cara de liebre deslumbrada.

-¿Perdona?

-Que quisiera presentar una reclamación. Por lo del error y las molestias.

-Nosotros aquí no tenemos hoja de reclamaciones, tendrás que llamar al Servicio de Atención al Cliente.

-No. Yo no tengo que llamar a ningún sitio. Quiero formular una reclamación por escrito.

-Ehhh... pues es que aquí no tenemos... bueno están las hojas esas de la Generalitat...

-Esas son las que quiero, me va perfecto.

-Verás, esto... no las tengo yo, se las tengo que pedir a una compañera. Espérate que se lo digo.

-Vale, me espero. Yo ya debería estar en el trabajo, así que no me viene de un ratito más.

Y así fue como, pasando al Acto Tercero, conocí al Gestor Comercial y de Servicio.

[continúa]

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