Es un poco lamentable decir esto, pero es así: la inutilidad de los demás alimenta mi autoestima.
Retrocedamos tres semanas en el tiempo: el móvil decide tener un ictus y me abandona. Aprovechando el viaje, se lleva consigo la mayor parte de los teléfonos grabados en la agenda, a lo ex-mujer despechada.
Dadas las circunstancias no queda otra que hacerse con otro telefonino. Acudo a una tienda de una de las principales operadoras de telefonía móvil; llamémosle melón (más adelante esta denominación cobrará pleno sentido, ya veréis).
Me dirijo a la dependienta:
-Muy buenas, se me ha escorromuñado el móvil y antes de nada quería saber si hay posibilidad de recuperar los teléfonos de la agenda.
-¿No los tenías guardados en la memoria SIM?
-Algunos. La mayoría estaban en la memoria del teléfono.
-Uy, pues no. Los tendrías que haber almacenado en la memoria SIM.
[Ayyyy, que me ha tocado una experta en pronosticar los problemas a toro pasado].
-Pues nada, ya los iré recuperando poco a poco; con lo bonito que es volver a conseguir los teléfonos de la gente. Quiero un móvil sencillito sencillito.
-¿Cómo de sencillo?
-Llamar y recibir llamadas. Si además envía SMS, cojonudo.
-¿Prepago?
-Si.
[Lo sé. Soy el prototipo de cliente que todas las compañías se rifan. La razón de vivir de Steve Jobs y compañía].
-Bueno, tenemos este Cacatel por 19 euros y viene con una tarjeta con 12 euros en llamadas.
-Pues hala, a la saca.
-Lo tenemos en dos colores: blanco y rojo.
[La vida está llena de decisiones complicadas. ¿Cómo afectará la siguiente elección a mi futuro?]
-Blanco está bien.
-El rojo es el que tenemos ahí expuesto, si quieres te lo enseño.
[¿Cuándo entenderán las mujeres que lo primero que elige un hombre es lo que se acabarán quedando?].
-Bueno, enséñamelo.
[El rojo normalmente es un color molón, pero el artista conceptual de Cacatel ha logrado obtener un rojo color-barra-de-labios-Bourjois que hace que mis retinas se estremezcan de puro horror].
-Definitivamente me quedo con el blanco.
-Vale, ¿pagarás en metálico o con tarjeta?
-Metálico.
[Billetazo de veinte; con dos pelotas].
-Bien, porque no nos funcionan las líneas telefónicas. Por eso tampoco te podré hacer la factura. Y no me quedan tarjetas. Están a punto de llegar. Calculo que para el martes que viene ya las tendremos.
-Ehhh...
[Creo que acabo de caer en una especie de trampa vietnamita, pero aún no me hago cargo de cuál va a ser la magnitud de la tragedia]
-Mira, dame tu número y cuando me llegue una tarjeta te aviso.
-Bueno, vale.
[MAL. En ese momento le tendría que haber arrojado el teléfono a la cara, coger mis veinte euros y salir huyendo. Pero decir esto me convierte en un experto en pronosticar problemas a toro pasado, así que retiro lo dicho].
Continuará.
omg. cada dia escucho como los imbeciles de esta planeta se vuelven mas y mas pesado. y muchos mas.
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