El jurista y filósofo en Derecho Don Manuel Atienza participó hoy en los seminarios "Filosofía para Todos" que se celebraron a lo largo de esta semana en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid. Atienza ha estado disertando acerca de la Dignidad Humana mientras se paseaba por el escenario con la bragueta abierta.
"Es lo peor que me ha pasado nunca, no entiendo cómo nadie me ha comentado nada en toda la mañana. Me lo ha dicho mi mujer cuando he llegado a casa. Además ha tenido la falta de tacto al señalar mi entrepierna delante de una visita".
La esposa ha replicado diciendo que "si ha estado enseñando el pajarito todo el santo día delante de medio Madrid, no sé por qué se ofende justo ahora".
La conferencia, de unas dos horas y media, ha sido la que ha registrado el mayor número de asistentes de toda la semana. "Yo ya veía que cada vez entraba más y más gente, así que me he ido creciendo delante de la audiencia", se lamenta ahora Don Manuel. "Ahora caigo cuando, al acabar, algunos me jaleaban diciendo: 'poeta, que eres un poeta', a lo que yo muy orgulloso, les he ido dando la mano a todos y cada uno de ellos. Al final sí que había un par de señoras de cierta edad que comentaban en voz baja y miradas más bajas aún algo de 'qué bochorno', pero yo he pensado que estaban menopáusicas o algo".
En su próximo libro "Por qué hacemos lo que hacemos", Eduard Punset explica que el hecho de no avisar a alguien de algo embarazoso, tal como llevar una cagada de paloma en el hombro o un trozo de papel higiénico pegado a la suela del zapato, es debido básicamente a que proyecta sensación de vergüenza en quien lo advierte y no en quien lo sufre.
"Nuestro cerebro elude el hecho de que esa falta de información acarrea más sufrimiento al sujeto que va haciendo el ridículo cuando, al percatarse de la situación, hace un recuento del tiempo transcurrido y el número de testigos potenciales de su humillación pública", explica Punset.
"Nuestro cerebro elude el hecho de que esa falta de información acarrea más sufrimiento al sujeto que va haciendo el ridículo cuando, al percatarse de la situación, hace un recuento del tiempo transcurrido y el número de testigos potenciales de su humillación pública", explica Punset.
Hola, sigo siempre los trabajos de don Manuel, no quiero faltarte el respeto, pero es cierto todo esto... qué papelón... dudé porque tengo entendido que está divorciado ya... pero bueno... le puede pasar a cualquiera y con el talento y conocimiento que tiene, a quién le importa. Saludos.
ResponderEliminarSí, muy fuerte lo de su mujer... ocurrió después de la escena delante de las visitas en casa.
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