martes, 13 de abril de 2010

Plug & Pray

Estoy emocionado.

Parece ser que mi voto para el partido Por un Mundo más Justo (PUM+J) en las últimas elecciones europeas ha conseguido que la horda de europarlamentarios se haya puesto las pilas. Y nunca mejor dicho, porque la Comisión Europea ha llegado a un acuerdo para que los principales fabricantes europeos comercialicen un cargador universal.


La verdad es que ya era hora, porque en una sociedad cada vez más WiFi y más wireless, un ciudadano prototecnológico del montón acaba acumulando metros y metros de cables que se enroscan y se acomodan a lo largo y ancho de nuestros cajones, estantes y recovecos de nuestros hipotecados hogares.

Y es que en definitiva todos estos cables son como los funcionarios: los hay a cascoporrillo, no se enrollan muy bien y, aunque sabes que al final acaban sirviendo para algo, a priori no sabes exactamente a qué se dedica cada uno.

Uno de los padrinos de la propuesta ha sido el comisario europeo de Industria, el alemán Günter Verheugen, quien ya estaba hasta los germanos cataplines de perder media mañana tratando de encontrar, cual príncipe con zapato de cristal en mano, qué enchufe encaja en su Blackberry. En casa de los Verheugen, nunca la expresión “apretar las clavijas” había cobrado tanto sentido.

Pero no hay que emocionarse demasiado. Aunque a medio plazo se pretende aplicar a todo tipo de cachivache electrónico, por ahora la medida sólo afectará a los cargadores de móvil de última generación. Es decir, el que no quiera quedarse atrás deberá comprarse un celular chulo de los que, entre otras cosas, llaman por teléfono o bien adquirir un adaptador universal para el cargador universal. Vamos, que la C de Comisión Europea no es porque sí ya que, entre pitos y flautas, más de dos van a llenarse los bolsillos con esta operación.

El siguiente escollo va a ser su implantación fuera del ámbito europeo pues, si ya dentro de la UE no tuviéramos suficiente con los pérfidos ingleses (con su apego insano a la libra esterlina, a los enchufes de tres patas y a la conducción temeraria por el carril contrario), no te cuento cuando tengan que ponerse de acuerdo americanos, indios y chinos, cada cual más yomismista que el anterior y poco proclives a dar su brazo a torcer.

Por ello, propongo desde ya que el señor Ban Ki-Moon de las Naciones Unidas reinstaure a nivel planetario las antiguas unidades españolas de medición, a saber: legua, braza, vara castellana, fanega, arroba, quintal, azumbre, celemín, cuartillo y cuarterón.

Los enchufes, de 220 V. con dos agujericos redondos.

Y a ser posibe, que vuelva la peseta.



En esta fotografía se han empleado:

3 cargadores de teléfono móvil.
2 cables de datos para cámara fotográfica, uno de ellos con clavijas de audio y video.
1 cable USB de toda la vida.
1 cable USB con adaptador a toma de corriente.
1 juego de auriculares.
1 cable de iPod.
1 cable de alimentación para cargador de batería.

Y más de 20 minutos para desenredar los puñeteros cables, así que no se puede decir que ningún animal ha sido dañado porque cuando he terminado he salido a la calle y le he propinado una patada en el culo a un perro.

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