Se niegan a servirle en un Mc Auto porque viene a pie

"No es la primera vez que viene a liarla. Y hoy le ha dado por encaramarse al tejado en señal de protesta. Definitivamente este señor no está bien de la cabeza". Son declaraciones de Wilson de las Heras, encargado del turno de mañana del establecimiento que la cadena de comida rápida tiene junto a la Ronda Litoral.

"La primera vez que vino, se presentó en silla de ruedas e hizo el encargo por el interfono. Cuando pasó a recoger su pedido por la ventanilla, no alcanzaba y tuve que salir a darle las cosas. Luego, como tenía que sujetar el McPollo, las patatas, los aros de cebolla, la Cocacola grande y un McFlurry, me pidió que le empujara la silla hasta el aparcamiento para que pudiera comer tranquilo", declara Norberto Gámez, encargado del McAuto. "Al principio pensé que era una cámara oculta o algo por el estilo, así que le seguí el rollo. Luego se levantó de la silla y se fue andando como si tal cosa".

Wilson nos da más datos: "Otro día vino a caballo. En otras ocasiones utilizó el patinete, el monociclo y la bicicleta. Yo ya estaba mosqueado porque no sabía si desde la dirección estaban evaluando nuestro correcto servicio al cliente con un mystery shopper de esos que tanto les gusta a los americanos. Al final llamé a Madrid y me confirmaron que no pero que, de acuerdo a nuestra política de servicios, mientras el cliente viniera a bordo de algún elemento de transporte, se le tenía que atender adecuadamente".

"No sé cómo lo hizo, pero la semana pasada convenció a un taxista para que le acercara a hacer el pedido", interviene Norberto. "Y hoy ha sido cuando le hemos cazado, venía a pie, sin más. Y claro, le he indicado que tuviera la amabilidad de acceder a la zona del restaurante, como todo el mundo. Se ha puesto como loco y le he perdido de vista".

"Lo siguiente ha sido ver cómo se arremolinaba la gente ahí fuera y oír cómo un helicóptero sobrevolaba la zona. Lleva un par de horas ahí fuera y lo único que lamento es que no haya la altura suficiente por si le da por tirarse".

"Ahora que ya ha venido el helicóptero, espero que no se le antoje pedir una pizza, porque desde luego aquí lo lleva claro", dice Wilson y todo el personal ríe a coro.