Un ujier del Palacio del Senado ha destapado una trama de suplantación de identidad entre los políticos de la Cámara Alta. Un amplio sector de senadores, sin distingo de afiliación política, elaboró un plan para cubrir sus constantes faltas de asistencia en las sesiones plenarias.
"En algún momento se dieron cuenta de que la gente de la calle empezaba a mostrarse algo molesta por el hecho de que durante la aprobación de una ley sólamente hubiera una docena de los 264 senadores que conforman la Cámara", señala uno de los guardias de seguridad que custodian el edificio.
'El Cartones' pasó de dormir en las escaleras de la Iglesia de San Ginés a hacerlo en un escaño.
Por lo visto, la idea de emplear a "dobles" surgió de un miembro del Grupo Mixto, cuya identidad no ha sido revelada aún. Una fuente cercana al gabinete de la presidencia indica que "los reclutaban en las proximidades de los comedores sociales de la capital, ofreciéndoles un catering digno y un sitio tranquilo donde pasar el día. "Normalmente los recogíamos del comedor de Cáritas Diocesana ya que los mendigos que acuden allí suelen ser más cuidadosos con su aspecto personal", declara un senador arrepentido que no ha querido dar la cara, "con que no armaran mucho escándalo y estuvieran todo el rato dormitando, ya nos era suficiente".
Pero el ujier en cuestión empezó a sospechar cuando "las sesiones se alargaban más de lo debido y los supuestos senadores empezaban a pelearse por una chaqueta o por acaparar los periódicos que hay en la sala a disposición de sus señorías".
A la pregunta de si el olor a vino acabó por confirmar sus sospechas dice que "no, a ese tipo de cosas ya estamos acostumbrados en esta casa. Lo que me dio la pista definitiva fue que durante una sesión se estropeó la calefacción y varios senadores trajeron rodando un enorme bidón, al que arrojaron varios dossieres y le prendieron fuego bajo la atónita mirada de Don Javier Rojo, presidente del Senado, mientras se votaba un proyecto de ley para los Presupuestos Generales del Estado".
Actualmente, una comisión especial parlamentaria está revisando todas aquellas leyes que hayan podido ser votadas por un mayor número de indigentes que de auténticos miembros del Senado. Por el momento, y sin tener una confirmación oficial, podrían ser revocados los acuerdos de cooperación bilateral con Corea del Norte, la ley de financiación de partidos y las cuotas máximas de producción vinícola en Extremadura.
Gobierno y oposición están a la espera del recuento de mendigos y sus correspondientes senadores para pronunciarse a favor o en contra de lo que sea.
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